El PSC evita definirse en favor de un único candidato y sus delegados prestan aval a diversos aspirantes

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) actuará en bloque en el Congreso del PSOE, pero probablemente sólo después de que se haya elegido al secretario general. Fuentes de la cúpula de los socialistas catalanes explicaron ayer que los 74 delegados catalanes tendrán libertad de voto, a menos que antes de la elección se perciba una mayoría clara en favor de José Bono o de José Luis Rodríguez Zapatero. En este caso, los dirigentes del PSC apostarían por integrarse en la mayoría que se configure.Esta posición queda a expensas de la reunión que la delegación del PSC celebrará antes en Madrid y de los contactos que el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, mantendrá hoy con el presidente de la Comisión Política del PSOE, Manuel Chaves. Fuentes del entorno de Montilla aclararon que el único compromiso contraído por el PSC es el apoyo a las normas de elección del secretario general y de la ejecutiva.

La eventual libertad de voto de los delegados del PSC para elegir al secretario general no es ajeno a la actividad emprendida por los núcleos de apoyo a cada candidato en Cataluña. A pesar de que la cúpula del PSC ha insistido en la necesidad de buscar una posición conjunta de todo el partido, una parte significativa de los delegados ha empezado a enseñar sus cartas sin esperar la posición global del PSC. Ello se ha expresado claramente en la búsqueda de avales para los candidatos a la secretaría general. Con la excepción de Bono -que no tiene un núcleo de activistas en Cataluña-, todos los demás candidatos han movilizado a sus seguidores en el PSC para buscar firmas que les permita formalizar la candidatura.

El equipo de José Luis Rodríguez Zapatero se lleva la palma en el número de avales reunidos en Cataluña: algo más de 20, según aseguran sus seguidores y ratifican fuentes del aparato del PSC. El dirigente leonés tiene el apoyo del grueso de los delegados de Tarragona, Lleida y Girona. Matilde Fernández, por su parte, tiene una docena de firmas de delegados del PSC, procedentes básicamente de Barcelona y su área metropolitana. Finalmente, los seguidores de Rosa Díez dicen contar con el aval de 8 delegados catalanes. La cúpula del PSC pidió cautela a los delegados a la hora de avalar a los candidatos y es precisamente en la cúpula del partido donde Bono tiene más afinidades.