El paro cae en Euskadi por debajo del 14% por primera vez en 15 años

Aunque casi todo el empleo creado en el trimestre fue femenino, las mujeres siguen sufriendo la mayor cota de desempleo: una tasa del 19,9% que dobla a la de los hombres. No obstante, la diferencia se ha reducido de forma significativa, pues hace un año esas cifras eran del 22,7% para las mujeres y del 9,9% para los hombres. El mayor descenso del paro se produce en Guipúzcoa, que con 27.700 desempleados presenta una tasa de paro del 9%. Le sigue Álava con 15.100 personas sin trabajo (10,7%). Vizcaya sigue teniendo el mayor índice de paro: un 17,8%, lo que equivale a 89.000 ciudadanos.Esta cascada de datos fue duramente cuestionada por el sindicato nacionalista ELA. Según el responsable de estudios de esta central, Mikel Noval, las cifras de la PRA son un ejemplo de "manipulación por parte del Eustat y una utilización partidista de un instituto público de información". "La evolución del paro no se debe a que aumente el empleo, sino a que desciende la actividad", precisó Noval.

El dirigente de ELA recordó que durante el cuarto trimestre de 1999 la población ocupada era de 826.600 personas, tambuén según los datos del Eustat, cifra que se ha reducido en junio de 2000 hasta las 818.700, con lo que se registra una caída de 7.900 personas. Al mismo tiempo, el número de parados en diciembre del año pasado ascendía a 145.100 ciudadanos y el pasado junio, a 131.700. Lo que aparentemente es una paradoja, que desciendan a la vez el paro y la ocupación, se debe, según Noval, a que la población activa ha bajado en casi 21.300 personas, ya que en diciembre de 1999 la población activa se elevaba a 971.700 personas y en junio esa cifra es de 950.400 ciudadanos.

El Departamento de Trabajo valoró ayer los datos ofrecidos por la Encuesta de Población en Relación con la Actividad porque supone reafirmar la tendencia descendente del paro que se viene registrando en los últimos meses. Sin embargo, el viceconsejero de Trabajo, José Ramón Bengoetexea, realizó un llamamiento a las instituciones, a la clase empresarial y, en la medida, de sus posibilidades a los trabajadores para que "nadie se quede con los brazos cruzados". "Aún hay muchas cosas que mejorar. Mientras haya un ciudadano que no encuentre empleo no podemos bajar la guardia", dijo a este periódico.Bengoetxea hizo hincapié en la necesidad de mejorar la relación entre lo que oferta el sistema educativo y lo que demanda el sector productivo. "Existe cierta esconexión que hay que ir puliendo. La Universidad, los institutos, los centros de formación profesional, deben estar en condiciones de ofrecer lo que las empresas necesitan con más urgencia", recalcó el viceconsejero.

Bengoetxea mostró su confianza en que la existencia de un observatorio encargado de descubrir las necesidades empresariales,puesto en marcha por el departamento, ayudará a mejorar la relación entre la oferta y la demanda. "Se trata", precisó, "de potenciar las políticas formativas. Estamos en disposición de ofrecer a las empresas cursos de formación para sus trabajadores, de reciclaje y especialización".

De esta forma, Bengoetexea recordó los datos aportados recientemente por la patronal Confebask, que achacaba a la falta de especialistas el que existieran 18.000 puestos de trabajo sin cubrir. La cúpula empresarial no ha respondido todavía al ofrecimiento realizado por el Departamento de Trabajo y no ha especificado al Gobierno de manera puntual sus necesidades reales de formación.

Entre los factores que están contribuyendo a la expansión del ciclo económico en Euskadi, el viceconsenero citó, evidentemente, el tirón de la industria, pero enfatizó que la reducción del paro debe llegar también desde el sector servicios, que en la actualidad es el que más ocupación laboral ofrece en la comunidad autónoma.

Para Bengoetxea, uno de los aspectos más positivos de los últimos datos ofrecidos por el Eustat es el descenso del desempleo juvenil, una de las principales lacras de la economía vasca. Además, indicó que la tasa de paro femenino sigue siendo "preocupante", a pesar de que en los dos últimos años ha reflejado unos descensos más importantes que el desempleo masculino.