La nación y lo multiétnico
¿Cómo podrá Italia seguir siendo una nación a pesar de convertirse en un país multiétnico? Éste es el problema de fondo que nos plantean los datos sobre la inmigración, que indican la presencia de 1.270.000 extranjeros legalmente en Italia. (...) La legalidad es un valor general al que no se le puede aplicar la teoría de la corriente alterna. (...) Por lo que, una vez que se han fijado cuotas realistas de ingresos y se han establecido procedimientos rápidos para visados y permisos, hay que respetar estas reglas, (...) a la vez que se ejerce una dura acción represiva contra las mafias criminales que desde hace años organizan la trata de los seres humanos a través de nuestras fronteras. (...) Una vez aclarado esto, (...) subsiste, sin embargo, el problema que concierne a nuestro futuro como nación. El problema se resume en una pregunta: ¿queremos convertirnos en un país con algunos millones de extranjeros legalmente residentes pero en condiciones precarias? ¿En un país dividido en dos categorías, una con plenos derechos y la otra no? (...) ¿En un país inevitablemente dividido en una multiplicidad de culturas, difíciles de relacionarse entre sí? (...) La Italia que amamos es un paisaje, una lengua, (...) es una cultura y su historia, es un patrimonio religioso y espiritual. (...) Debemos decidir si poner a disposición de los inmigrantes la posibilidad de convertirse en italianos. (...) Si queremos seguir siendo una única nación, no podemos limitarnos a acoger: debemos integrar, (...) porque una Italia no integrada que permanezca multicultural, no sería ya Italia. Ernesto Galli della Loggia
Milán, 17 de julio
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