Bachar el Asad reclama todo el Golán en su toma de posesión como nuevo presidente de Siria

Conseguir que Israel devuelva todo el Golán; éste será uno de los objetivos fundamentales del nuevo presidente de Siria, Bachar el Asad, que ayer juró su cargo en el Parlamento de Damasco tras haber sidodesignado nuevo jefe del Estado el pasado lunes en un referéndum en el que logró más del 97% de los votos. Asad, que en su discurso de investidura se comprometió a seguir las políticas exterior e interior establecidas por su padre, anunció, sin embargo, un nuevo programa económico con el que tratará de impulsar el desarrollo del país, fomentar la inversión privada y abrirlo al mercado internacional.

"El Golán volverá antes o después a nuestra soberanía", aseguró ayer solemnemente el decimosexto presidente de Siria, Bachar el Asad, minutos después de haber jurado su cargo sobre la Constitución ante un pleno extraordinario del Parlamento. El nuevo presidente sirio, de 34 años, se comprometió, con estas palabras, a continuar la política exterior marcada por su padre, Hafez el Asad, durante los últimos años de su vida. Hafez aceptó participar en un proceso de diálogo con Israel, donde se mostró firme y tenaz y reivindicó una y otra vez la devolución total y absoluta de los altos del Golán hasta las orillas del lago Tiberiades, que se encuentra en manos del Ejército israelí desde la Guerra de los Seis Días, como condición previa a la firma de cualquier acuerdo de paz con el enemigo vecino."La única oferta que podemos aceptar de Israel es la devolución de todo el territorio ocupado, hasta las fronteras previas al 4 de junio de 1967", insistió Asad ante la Cámara en su discurso, difundido por la radio y la televisión a todo el país, entre los gritos y los aplausos de los diputados. El nuevo presidente dejó con sus palabras la puerta abierta a la reanudación de las negociaciones con el Gobierno israelí e incluso a la mediación estadounidense, pero puso como condición que la intervención norteamericana se efectuara de manera "neutral y limpia".

Asad se declaró continuista en política interior y se comprometió a defender el régimen diseñado por su padre a lo largo de los más de 30 años de Gobierno absoluto. También se mostró partidario de desarrollar "una democracia específica a la siria, enraizada en la historia y el respeto de la sociedad", alejada de los modelos occidentales.

El nuevo presidente ofreció como contrapartida un programa de audaces reformas económicas destinadas a "relanzar el sector privado", sin detrimento del sector público. Asad anunció que éste sería dotado con más medios para competir así en el mercado exterior. Asad advirtió de que en este terreno se llevarían a cambio importantes reformas en la legislación, lo que permitiría acelerar las inversiones internacionales en Siria y cerrar así un periodo de "negligencias" y "errores" protagonizado por el Gobierno anterior.

"Hay que modernizar las leyes y suprimir los obstáculos burocráticos que disuaden a los inversores", aseguró el presidente.