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Cabanillas dice que no puede haber "medias tintas"

El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, dijo ayer que, tras los últimos atentados de la organización terrorista ETA, "ya no es el momento de buscar racionalidades o intentar hacer explicaciones de una situación", sino tener muy claro que "sobre un charco de sangre no se puede dialogar". "Aquí a lo que hay que enfrentarse es al asesinato, a la coacción, al totalitarismo, y nada más. No hay medias tintas y no hay que crear esa ficción de que es más conveniente establecer algún tipo de puente o de relación; no es cierto, no hay ningún interés ni motivo de cambio por parte de ETA, y lo único que hay que hacer es comenzar la unidad entre todos los demócratas", dijo. Tras expresar su "condena radical" a lo ocurrido, Cabanillas destacó que, desde el análisis político, no se puede ver un atentado como algo aislado, sino en el marco de la sucesión de eventos que han ido produciéndose, porque a su juicio existe una tendencia a "perder la memoria histórica".

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En este contexto habría que situar, en su opinión, hechos como las medidas tomadas por el PNV desde el punto de vista financiero con respecto a Udalbiltza (asamblea de municipios vascos). En este sentido, Cabanillas destacó la importancia de que se produzca un "cambio de rumbo trascendental" en el País Vasco, un cambio de rumbo que a juicio del Gobierno "no puede estar en manos del PNV", porque la formación que lidera Xabier Arzalluz "ya no tiene credibilidad para llevarlo a cabo". En este punto, indicó como alternativas a las que pueden representar el PSE-EE o el PP del País Vasco.

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