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La ofensiva de ETA

ETA coloca un coche bomba en Soria 17 horas después del asesinato de Málaga

La banda realiza un alarde de fuerza al perpetrar tres atentados fuera del País Vasco en cinco días - Expertos de la lucha antiterrorista creen que la tregua permitió a ETA renovar por completo su estructura operativa - El concejal del PP asesinado estaba en la lista del 'comando Andalucía'

En un paso más de la intensa campaña de terror iniciada tras la ruptura de la tregua, ETA quiso realizar ayer un nuevo alarde de fuerza al hacer estallar un coche bomba repleto de explosivo y metralla junto al cuartel de la guardia civil de Ágreda (Soria), apenas 17 horas después del asesinato a tiros del concejal del PP del Ayuntamiento de Málaga, José María Martín Carpena. La explosión, que se produjo a las 14.40 horas, sólo hirió levemente a Estrella Ruiz, la esposa de un agente, y causó diversos daños materiales.La organización terrorista parece empeñada, dentro de la ofensiva desatada, en cometer un atentado con impacto antes de que se apague siguiera la conmoción del anterior. Tanto la diversificación de objetivos y de lugares de actuación, como los objetivos políticos pretendidos por cada uno de los atentados, sugiere una gran planificación y un amplio despliegue de efectivos. En las últimas semanas ETA ha acortado además los intervalos entre atentados, que a principios de año dosificó a razón de uno al mes. El de ayer es el tercer coche bomba que hace estallar -ninguno ha causado víctimas mortales-, en el plazo de tres semanas, tras el colocado el 24 de junio en Getxo y el del miércoles pasado en pleno centro de Madrid. Un cuarto atentado, fallido, fue la colocación de una bomba lapa bajo la furgoneta de un empresario de la localidad guipuzcoana de Ordizia, el 7 de julio.

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Fuera del País Vasco

El ataque al cuartel de Ágreda constituye también el tercer atentado etarra fuera del País Vasco en un periodo de cinco días, después de haber concentrado sus acciones criminales en las provincias vascas desde su primer atentado mortal tras la ruptura de la tregua, el que costó la vida en Madrid al teniente coronel Pedro Antonio Blanco, el 21 de enero pasado.La banda ha explotado en los meses pasados sus posibilidades de forzar la situación política en el País Vasco, colocando con cada atentado en una situación insostenible al nacionalismo moderado y al Gobierno vasco, mientras que ahora considera que ha llegado el momento de exportar de nuevo sus atentados fuera de Euskadi, poniendo en juego todos sus recursos. Con ello trataría de demostrar al Gobierno del PP su capacidad de recomposición, pese a los duros golpes policiales padecidos antes y durante la tregua.

El ministro de Interior confirmó ayer que el asesinato de José María Martín Carpena -el segundo concejal del PP muerto desde el fin de la tregua- es obra, sin ninguna duda, de la organización terrorista. El presidente del Gobierno, José María Aznar, acudió ayer al multitudinario funeral por el concejal de Málaga, al que asistieron también las presidentas del Congreso y el Senado, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, varios ministros del Gobierno y representantes de otras instituciones y partidos. La Federación Española de Municipios y Provincias ha convocado para el mediodía de hoy concentraciones ante los municipios, al igual que lo ha hecho la asociación vasca de municipios Eudel ante las instituciones vascas. A las ocho de la tarde se celebrará una gran manifestación en Málaga bajo el lema "por la paz y la libertad, todos contra el terrorismo". Ayer ya se celebraron en numerosos puntos del País Vasco y Navarra concentraciones de repulsa convocadas por Gesto por la Paz y el Foro Ermua. Aunque la organización pacifista había solicitado que los partidos no utilizaran estos actos para dividir, la crispación política se evidenció en Bilbao. A la concentración de Gesto se sumaron el PNV y EA, mientras que en la del Foro Ermua sólo estuvieron representantes de los partidos no nacionalistas.

El hecho de que gran parte de los últimos atentados se hayan concentrado durante un fin de semana puede indicar que la organización está utilizando militantes no fichados por la policía -liberados (dedicados exclusivamente a la actividad terrorista) o no- o comandos mixtos formados por activistas ilegales (fichados por la policía) y otros sin quemar. Estas personas llevan vidas normales y es durante el fin de semana cuando pueden disponer de más tiempo para realizar los atentados sin despertar sospechas en su entorno. En domingo fueron asesinados, el 7 de mayo, el miembro del Foro Ermua y columnista de El Mundo, José Luis López de Lacalle, y el 4 de junio, el concejal del PP en Durango Jesús María Pedrosa; un sábado explotó el coche bomba de Getxo, y en estos días de la semana también se produjeron los dos últimos atentados en Málaga y Soria.

El ministro del Interior, Jaime Mayor, resaltó en Málaga que la ofensiva de la organización terrorista es fruto de su reorganización durante la tregua, que le habría permitido dotarse "de una nueva logística e infraestructura". Mayor interpreta que ETA "pretende hacer inaguantable la política del Gobierno" y reiteró que éste "no cambiará ni uno sólo de sus principios, basados en el fortalecimiento del Estado de Derecho". El ministro afirmó también que,ante las insinuaciones del PNV acerca de una supuesta nueva tregua, ETA ha querido dejar sentado que es ella quien "administra y dirige el frente nacionalista".

ETA es, tras el año y medio de tregua, una organización totalmente renovada y diferente en su estructura y aparato logístico a la que se conocía antes, según sostienen expertos policiales. El mismo hecho de que sus dirigentes estuvieran obsesionados tras las sucesivas caídas de que la organización estaba infiltrada por los servicios secretos españoles -una de las motivaciones de ETA para suspender temporalmente sus atentados en septiembre de 1998- abunda en la hipótesis de que la actual estructura etarra es totalmente nueva, aunque mantenga la misma dirección en su cúpula. Fuentes de la lucha antiterrorista reconocen que poco se sabe aún de cómo se ha rehecho.

La tregua ha servido a ETA no sólo para cambiar su estructura de comandos -legales e ilegales, estables o itinerantes- y su red de apoyo basada en ciudadanos vascos de nacionalidad francesa que se mueven en España con mucha mayor libertad, sino también para planificar toda la ofensiva operativa que ha desplegado desde enero. Ésta tiene sus objetivos perfectamente seleccionados con el fin de extender el miedo entre los distintos sectores que le pueden garantizar una gran repercusión social, como políticos y periodistas, o que le van a servir para recaudar fondos económicos destinados a financiar sus acciones, como los empresarios, a los que, además de extorsionar económicamente, ETA intimida para que actúen como un grupo de presión sobre las instituciones del Estado.

Labores de reorganización

"Una estructura clandestina con esta capacidad no se improvisa", aseguran los citados expertos. La detención de varios dirigentes etarras en Francia durante los meses de tregua ha evidenciado que la dirección "nunca ha parado" en lo que se refiere a las labores de reorganización. José Javier Arizkuren, Kantauri, responsable de todos los comandos ilegales, fue detenido el 10 de marzo de 1999 en París cuando se iba a reunir con los miembros del aparato internacional.La policía francesa hubiera podido seguir controlándolos, pero precipitó su captura porque estaban cerrando una importante operación de compra de armas que anularon. También resulta reveladora la detención el pasado 25 de octubre de Belén González Peñalva en Pau, a los cinco meses de haber acompañado a Mikel Albisu, Antza, en la única entrevista que mantuvo ETA con los representantes del presidente Aznar en Zúrich.

La agenda que se le intervino a la dirigente estaba repleta de citas operativas, y ninguna relacionada con su condición de interlocutora, según aseguran los expertos. Uno de esos contactos era con el actual responsable de los comandos ilegales, Javier Garzia Gaztelu, un activista curtido en el comando Donosti. El robo, en septiembre pasado, de las ocho toneladas de dinamita en Bretaña, fue el mayor exponente de los preparativos de la banda, cuando ya se palpaba el final de la tregua.

La actual ofensiva está destinada a "demostrar su poder y su capacidad renovadas. Si se atreven a hacer este despliegue es porque están muy seguros de lo que tienen y ya no se sienten quemados como les ocurrió hace dos años", apuntan dichas fuentes. De hecho, se calcula que la cifra de militantes ilegales ya conocidos por la policía y los legales huidos -muchos de éstos por delitos de la kale borroka- alcanza las 200 personas, que constituyen actualmente el núcleo activo de la organización.

Frente a la expectativa de un nuevo alto el fuego albergada por los sectores del PNV que mantienen la interlocución con HB y la tuvieron con ETA hasta hace un año, el Gobierno vasco tiene la impresión de que la escalada de atentados continuará. "Esto no ha terminado", indicaban ayer fuentes próximas al Ejecutivo de Vitoria, que prevén que la ofensiva de ETA se prolongará, con tanta virulencia como sus fuerzas le permitan, durante todo el verano.

En los meses que mediaron entre el anuncio del fin de la tregua (el 29 de noviembre) y el primer atentado mortal en Madrid, las policías francesa y española realizaron varias operaciones exitosas, aunque se atribuyeron a la "casualidad". Fue el caso de la interceptación en Calatayud de dos furgonetas cargadas con 1.700 kilos de explosivos destinadas a hacerlas explotar en Madrid o la incautación en Pau de otros 1.000 kilogramos de la dinamita robada en Bretaña, así como la desarticulación del comando Vizcaya, tras el primer atentado fallido con coche bomba contra un convoy de la guardia civil en Bilbao. A un mes escaso de esos golpes, ETA pudo asesinar en Madrid y en Vitoria, con sendos coches bomba. Desde principios de año, los éxitos policiales se han detenido. A este lado de la frontera, las detenciones del comando Vizcaya a principios de año fueron las últimas.

En lo que va de año, la policía española no ha logrado culminar ninguna operación contra ETA, aunque tras el atentado de Madrid detuvo, a instancias del juez Baltasar Garzón, a varios miembros de HB y las Gestoras Pro-Amnistía, acusados de integrar su apartado internacional.

En Francia sí han continuado las detenciones, las últimas el pasado 27 de mayo, tras un tiroteo en Burdeos, y se descubrió un taller de fabricación de bombas en Guiche, cerca de Bayona. La policía gala dio también con Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, acusado de 15 asesinatos, y detuvo a Julia Macuso, compañera de Kantauri y presuntamente vinculada al comando Madrid. Pero estas actuaciones no han servido para frenar la campaña de ETA, que parece haber logrado una renovación de sus efectivos e infraestructuras, y con ello situarse fuera del alcance inmediato de las fuerzas de seguridad a uno y otro lado de la frontera española.

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