Las deudas cercan a 'L'Unitá', un símbolo de la izquierda italiana

El periódico italiano L'Unitá, que desde su fundación en 1926 por Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti ha sido un punto de referencia para la izquierda, se encuentra en una encrucijada que va a conducirle a la liquidación o la privatización. El periódico, que sobrevivió al fascismo de Mussolini, ahora se tambalea ante la lógica del mercado, víctima de grandes deudas. Los 200 empleados, de ellos 125 periodistas, quieren saber qué línea seguirá L'Unitá y cual será el plan editorial, antes de aceptar compromisos en el supuesto de que la opción sea la de privatizarlo. Entre los principales interesados figura el empresario milanés Alessandro Dalai, dueño de la editorial Baldini e Castoldi, que se dedica a la publicación de libros, informes, temas de sociología y del tercer mundo. "La línea ideológica de Dalai no es lo que más nos preocupa, sino los compromisos que el periódico tendrá que aceptar", comentó una persona relacionada con el diario. "Si inserta publicidad de multinacionales y entra en la lógica del mercado, ¿vamos a poder hablar contra la Fiat o la Telecom, o vamos a tener que quedarnos amordazados?"

L'Unitá ha salido de manera casi ininterrumpida durante 76 años, con la sola excepción de algunos periodos bajo el fascismo, en los que la censura hizo que el periódico pasase a la clandestinidad reduciéndose a una sola hoja, que se distribuía en las capitales industriales, como Milán, Roma o Génova, convertido en baluarte de la resistencia.

En los años 70 alcanzó su máximo auge, con difusiones especiales que superaron el millón de copias. El Partido Comunista Italiano (PCI) apoyaba la difusión con suscripciones de los sindicatos y la entrega puerta a puerta. Hasta 1998 mantuvo una tirada de 140.000 ejemplares. El diario, que fue órgano oficial del Partido Comunista Italiano, pasando por la primera perestroika a órgano del Partido Democratico de Izquierda, para finalmente terminar como portavoz oficioso de los Democratici di Sinistra, hoy no logra vender 50.000 ejemplares, la mitad de ellos en sindicatos, comités y oficinas de prensa.