Austria celebra la designación de los 'sabios' y confía en que su informe anule las sanciones

El canciller conservador austriaco, Wolfgang Schüssel, recibió ayer en Bruselas con "satisfacción" la designación de los tres sabios -el socialista finlandés Martti Ahtisaari, el popular español Marcelino Oreja y el jurista alemán Jochen Frowein- que elaborarán un informe sobre la situación política de su país para que los otros 14 socios de la Unión Europea decidan sobre las sanciones impuestas el 1 de febrero, tras el ingreso en el Gobierno del partido de Jörg Haider. Schüssel se mostró convencido de que el informe será "positivo", pero esquivo sobre si mantendrá la convocatoria del referéndum.

"No voy a ser tan ingenuo de responder anticipándome a las conclusiones del informe, aun cuando espero que será positivo. Austria no tiene nada que reprocharse en materia de minorías, refugiados e inmigrantes. Tiene mejor historial que otros países", sentenció Schüssel en conferencia de prensa tras asistir como invitado a la reunión semanal de la Comisión Europea.El presidente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el suizo Luzius Wildhaber, a instancias del primer ministro portugués, António Guterres, designó ayer a esas tres personalidades, que "establecerán un informe sobre ciertos aspectos de la situación en Austria". Los llamados tres sabios examinarán el compromiso real del Gobierno austriaco con los valores democráticos europeos, y en particular el respeto de los derechos de las minorías, de los refugiados y de los inmigrantes, además de estudiar la evolución del ideario político del Partido Liberal Austriaco (FPÖ), el grupo que espiritualmente sigue liderando el gobernador de Carintia, Jörg Haider.

No hay un plazo para la entrega del informe, que tendrá que ser enviado al ministro de Exteriores francés, Hubert Védrine. "Espero que lo hagan lo más rápido posible", dijo ayer Schüssel delante del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, quien recomendó a los ilustres escogidos "trabajar durante las vacaciones" a fin de que las conclusiones, que no son vinculantes, estén listas para después del verano y, en cualquier caso, antes del Consejo Europeo informal de Biarritz (13 de octubre).

En el horizonte planea la posibilidad de que Austria no archive el referéndum sobre las sanciones. La semana pasada, los dos partidos de la coalición anunciaron dos fechas (29 de octubre y 26 de noviembre) para la celebración del plebiscito si para entonces los Catorce no han encontrado una solución. El canciller eludió ayer el tema. "Personalmente, creo que añadiría más tensión y antagonismo", comentó ayer Prodi, quien por primera vez se expresó públicamente en contra de las sanciones: "Creo que se pueden lograr más resultados con un diálogo serio y profundo".

De momento, los embajadores de Austria en Francia y Bélgica han recibido sendas invitaciones para las fiestas nacionales de esos países los próximos días 14 y 21, respectivamente. Se trata de una invitación "protocolaria" y que no contradice las sanciones, según el Gobierno galo.

Las medidas impuestas por los Catorce contemplan la suspensión de los contactos políticos y diplomáticos bilaterales con Viena, así como no apoyar la candidatura de austriacos a cargos de responsabilidad en organismos internacionales. Estas acciones no han tenido hasta ahora el efecto buscado por los demás países de la Unión (la ruptura de la coalición de gobierno) y han beneficiado especialmente al partido de Schüssel en detrimento de los socialistas, al tiempo que han irritado a la población austriaca. El canciller dijo ayer que, de todos modos, "el 71% de los ciudadanos sigue defendiendo la presencia de Austria en la UE". Francia, que ocupa desde el día 1 la presidencia europea, es la nación, junto con Bélgica, que más se resiste a levantar el castigo.

Ante la Comisión Europea, Schüssel exhibió la cara más amable de la actual Austria. Se deshizo en elogios a Prodi, discrepó de la idea del presidente Jacques Chirac de crear un núcleo duro de países pioneros en perjuicio del Ejecutivo comunitario, aseguró que Viena no bloqueará las reformas necesarias para la ampliación de la UE.