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LA SITUACIÓN DE LOS INMIGRANTES

Un incendio obliga a desalojar a 59 inmigrantes de una casa del Raval

Blanca Cia

Tapiar puertas

Las 59 personas que dormían en el inmueble del número 8 de la calle de la Aurora, en el corazón de Ciutat Vella, fueron desalojadas ayer de madrugada tras producirse un incendio. La mayoría de los desalojados son inmigrantes de nacionalidad paquistaní o magrebíes. Dos marroquíes de 16 años resultaron heridos por inhalaciones y contusiones diversas.El suceso puso de manifiesto dos hechos: el pésimo estado del edificio y la imposibilidad de determinar el número de personas que vivían en él: de ellas, sólo cinco o seis tenían contrato de alquiler; los demás pagaban un tanto acordado por habitación -que era compartida-, naturalmente sin contrato alguno.

El fuego se produjo a las cinco de la madrugada en el cuarto piso y se propagó con rapidez por toda la planta. Un vecino de la casa colindante, que también fue desalojada preventivamente, vio que se había declarado un incendio y dio la voz de alarma.

Horas después, las maletas y los bultos de un grupo de paquistaníes se amontonaban en la calle de Sant Jeroni. Otros iban a recoger sus pertenencias, ya que los bomberos aconsejaron precintar el edificio hasta que se supiese si el fuego había dañado la estructura. El Ayuntamiento de Barcelona alojó a los 59 afectados en el centro de acogida de la Meridiana.

Mientras los inmigrantes hablaban con la Guardia Urbana para subir a los pisos, más de un vecino de la zona se lamentaba en voz alta de lo ocurrido: "Es lo menos que podía ocurrir porque en esta casa y en otras viven un montón de inmigrantes de mala manera", explicaba una vecina.

La desconfianza y el malestar que suscita la concentración de inmigración en Ciutat Vella es cada vez más evidente en algunas zonas, como el Raval. La junta de seguridad local acordó ayer solicitar más presencia policial en las calles y reformas legales para combatir la reincidencia continuada en la comisión de algunos delitos.

Jordi Roviralta

La finca incendiada en Ciutat Vella se hallaba en pésimo estado

En total, son unas 20 viviendas de unos 60 metros cuadrados cada una. Lo que es imposible de determinar es el número de personas que vivían en el edificio. El régimen es de alquiler, pero también es imposible concretar cuántos contratos están vigentes y si se corresponden con los ocupantes reales. El adminstrador de Fincas Fraes, que lleva la finca por el encargo de la propiedad, reconoció que no podían tener la certeza de si los ocupantes reales eran los titulares de los escasos contratos vigentes."A medida que los pisos se quedaban vacíos se tapiaban las puertas, pero no servía de nada porque reventaban el precinto y los volvían a ocupar", explicaba el administrador. El inmueble era bien conocido por los técnicos del distrito, ya que desde 1997 habían remitido varios requerimientos a la propiedad por "deficiencias arquitectónicas y anomalías constructivas". "Pero no había peligro de ruina", se apresuró a matizar un portavoz municipal: "En ese caso se hubiera obligado al desalojo", puntualizó. Los responsables del programa municipal de rehabilitación de todos los edificios de la calle de la Cadena y Sant Jeroni tampoco lograron obtener respuesta clara de la propiedad de la finca. "Como única respuesta, dijeron que la rehabilitarían en el 2001. Mientras que una veintena de inmuebles se han acogido al programa y con él a las subvenciones, en esta finca ha sido imposible llegar a un acuerdo", explicaba ayer un técnico del distrito.

A la espera de lo que determine el informe de los bomberos sobre si el inmueble puede volver a ser habitado o no, todos los afectados fueron realojados por el Ayuntamiento en el centro de acogida invernal de la Meridiana. En él permanecerán mientras dure "la situación de emergencia". Este centro de acogida tiene capacidad para 75 personas y abre entre los meses de noviembre y marzo.

Representantes del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento se entrevistaron ayer con las personas afectadas.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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