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El número de inmigrantes empadronados en la capital ha aumentado un 61% en el último año

El número de inmigrantes empadronados en la capital ha crecido en un 61% en los últimos doce meses. Ahora hay censados en la ciudad 141.500 extranjeros, frente a los 87.839 de abril de 1999, según aseguró ayer el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, en los cursos de verano de El Escorial. Estar empadronado es, desde la entrada en vigor, en febrero, de la Ley de Extranjería, un requisito imprescindible para los indocumentados que quieran tener derecho a la sanidad pública. Sirve también para probar el arraigo en España a la hora de solicitar el permiso de residencia.

Inmigrantes rumanos

Pedro Álvarez, vicepresidente del Foro Regional de la Inmigración, un organismo que reúne a representantes de instituciones y ONG, considera que el mayor número de empadronamientos se debe, sobre todo, a que entre los trabajadores extranjeros cada vez se ve más útil cumplir ese trámite. "No es que en este año hayan llegado un 61% más de inmigrantes, lo que ocurre es que entre los que ya vivían aquí se ha visto la importancia de empadronarse para, si se encuentran en situación irregular, acceder a los servicios sanitarios o demostrar el tiempo de estancia en España", explica."Aunque también hay recién llegados, sobre todo ecuatorianos y colombianos", matiza Álvarez, miembro de la directiva del Voluntariado de Madres Dominicanas (Vomade).

Zhora el Guenuni, presidenta de la Asociación de Mujeres Marroquíes (AMAL), también cree que la mayor información sobre los requisitos para empadronarse y la necesidad de este trámite para disfrutar de la sanidad pública ha llevado a numerosos inmigrantes a inscribirse en el municipio donde viven. "Hace años sólo se podían empadronar los residentes legales, pero la gente se ha enterado de que eso ha cambiado y se ha animado a inscribirse. Aunque todavía hace falta más información", añade El Guenuni.

El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Comunidad de Madrid mantienen, desde hace dos años, una campaña para promocionar el empadronamiento de los inmigrantes. Cualquier extranjero puede incluirse en el padrón, tenga o no permiso de residencia, sólo con el pasaporte. Para inscribirse debe acreditar que vive en la zona donde se va a censar, presentando un recibo de alquiler, luz o gas a su nombre o una autorización del dueño o arrendatario de la casa donde habita. También es posible empadronarse si se vive en un albergue o piso de acogida de una ONG.

La actual Ley de Extranjería extiende la asistencia sanitaria gratuita a los inmigrantes irregulares, que antes no podían acceder a ella, siempre que estén empadronados. Desde la entrada en vigor de la normativa, el pasado febrero, son 24.395 los sinpapeles que han obtenido en Madrid la tarjeta sanitaria. Todos han tenido que empadronarse.

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Estar inscrito en el padrón puede servir también para acreditar el tiempo de estancia en España, algo necesario para acceder al actual proceso de regularización de inmigrantes sin papeles, que finaliza el 31 de este mes. Para acogerse a dicha amnistía, los inmigrantes deben demostrar que ya estaban en España antes del 1 de junio de 1999. El justificante de empadronamiento es uno de los documentos que sirven para acreditar dicha estancia.

Álvarez del Manzano manifestó en El Escorial que la inmigración "es y será uno de los desafíos más importantes para las administraciones públicas y para la sociedad española en las próximas décadas". Hizo también hincapié en que la llegada de trabajadores extranjeros "está provocando, y lo hará con más intensidad en el futuro inmediato, una serie de cambios sociales cuya trascendencia es difícil de prever".

Ya fuera de su ponencia, el regidor se refirió al centenar de familias gitanas rumanas alojadas en tres campamentos de Vallecas y Fuencarral, cuya capacidad de integración puso ya en duda en el mes de mayo, recibiendo por ello duras críticas. "Son complicados, ya que proceden de costumbres muy distintas a las españolas, por lo que no aceptan nuestro modo de vivir y nuestra manera de integrarnos en la sociedad", aseguró, según Europa Press.Precisamente en este mes el Ayuntamiento, la Delegación del Gobierno y la Comunidad de Madrid tienen que evaluar cómo funciona el programa de integración iniciado hace un año con estas familias rumanas (las que viven en Fuencarral, en los campamentos de Valdelatas y San Roque). La previsión era que sólo podrían habitar en estos asentamientos durante doce meses, al cabo de los cuales las que tuvieran un mayor nivel de inserción social pasarían a vivir en pisos tutelados y el resto debería abandonar la ciudad.

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