El presidente Ezer Weizman hace oficial su dimisión
El presidente israelí, Ezer Weizman, de 76 años, presentó ayer finalmente su carta de dimisión al presidente del Parlamento de Jerusalén. De esta forma, Weizman pone fin a un largo escándalo judicial y económico en el que, por primera vez en la historia, fue interrogado por la policía un presidente de Israel. Apenas unas horas antes de dimitir, Weizman aún trataba de aferrarse por algún tiempo al cargo: alegó la crisis política que vive el país y un hipotético "vacío de poder".
Las investigaciones judiciales que han obligado a dimitir al presidente cuando aún le faltaban tres años de mandato se iniciaron hace tres meses, cuando un periodista local difundió documentos y pruebas sobre un supuesto delito de corrupción y fraude cometido en los años ochenta. Según esas pruebas, Weizman recibió de un hombre de negocios francés, amigo suyo, una donación de 450.000 dólares (casi ochenta millones de pesetas) que nunca fue declarada a Hacienda.
Weizman fue exonerado, pues algunos cargos que se le imputaban habían prescrito, pero las investigaciones judiciales supusieron el fin de su larga carrera al servicio del Estado, que se inició hace 58 años, cuando consiguió su título de piloto militar (al igual que el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, y el fallecido líder sirio Hafez el Asad) y se convirtió en uno de los militares más brillantes del Ejército israelí.
"He hecho muchas cosas, me voy contento", aseguraba el pasado domingo, horas después de que desempeñara su última misión oficial: entregar al jefe del Estado Mayor, Aul Mofaz, un rollo de escritos religiosos que las tropas egipcias robaron de un fortín israelí cerca de Suez durante la Guerra de los Seis Días y que el presidente Mubarak devolvió hace poco a Weizman, su entrañable rival de armas.
Elección del relevo
La jefatura del Estado será desempeñada de manera interina por el presidente del Parlamento de Jerusalén, Abraham Burg, el encargado de recibir la carta de dimisión de Weizman. Burg también pondrá en marcha los mecanismos administrativos y políticos que permitirán, el próximo día 31, elegir un sustituto en unos comicios cerrados que se celebrarán en la Cámara legislativa con la participación de los 120 diputados.Los candidatos oficiosos a la presidencia de Israel son el ministro de Cooperación Regional, Simón Peres, por el Partido Laborista, y el diputado Moshé Katzav, del Likud, que trata de conseguir los votos de los nacionalistas y religiosos radicales. Los últimos sondeos oficiosos señalan una importante ventaja de Simón Peres. Según los pronósticos, obtendrá el 56% de los votos.
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