El River se adjudica el torneo Clausura de la Liga argentina

El River goleó ayer al Ferrocarril Oeste (3-0) y se proclamó campeón del torneo Clausura de la Liga argentina cuando todavía queda por disputarse una jornada. El festejo del título número 29 fue frío por esperado y porque la temperatura ambiente del invierno porteño en el campo era ayer de cero grados. Más que celebrar, la multitud de aficionados del River que colmó el estadio del Vélez se dedicó a insultar al Boca, su clásico rival. La Liga argentina sólo parece tener interés para los dos equipos más populares del país.En relación con los rivales a los que le tocó enfrentarse, este equipo de River no es tan sólido como el que también ganó el torneo Apertura en el segundo semestre del pasado año. Pero tiene las individualidades necesarias para marcar la diferencia. Es el caso de los pibes Pablo Aimar y Javier Saviola, el portero Roberto Bonano y los colombianos Ángel y Yepes. La plantilla tiene en conjunto una cotización que supera los 120 millones de dólares.

La falta de equivalencia entre los equipos es escandalosa. El Ferrocarril Oeste, que estaba condenado al descenso desde hace tres jornadas, se presentó ayer con una mayoría de jugadores que acaban de debutar en Primera y viven en una pensión a cargo del club donde a veces tienen que comprarse la comida. Al portero y a los dos defensas centrales que se enfrentaron al River, les deben ocho meses de salario. El entusiasmo y la resistencia del Ferrocarril Oeste duró veinte minutos.

Los goles, todos ellos en el primer tiempo, fueron marcados por Ángel, el delantero centro colombiano, a los 21 minutos; Aimar, a los 25, y de nuevo el jugador colombiano a los 32.

Ayer se dieron dos vueltas olímpicas. Una en el campo del Vélez, donde se consagró el River, y la otra en el estadio La bombonera, donde el Boca celebró la conquista de la Copa Libertadores de América y despidió a dos de los jugadores titulares. El marcador lateral Arruabarrena, que se va a jugar al Villarreal, y el defensa central Samuel, que se marcha al Roma. El fútbol argentino sólo existe para los que tienen dinero y poder.