Kohl rechaza la responsabilidad en la destrucción de papeles comprometedores

A sólo tres meses desde su ascenso a la presidencia de la Unión Cristiana Democrática (CDU), la nueva jefa de los conservadores alemanes, Angela Merkel, vuelve a enfrentarse al espectro de Helmut Kohl, el ex canciller que sigue negándose a identificar a los donantes que a lo largo de los años noventa le entregaron hasta dos millones de marcos (170 millones de pesetas) en donaciones ilegales a su partido.En su segunda comparecencia ante una comisión parlamentaria que investiga si estos y otros pagos influyeron en su gestión de gobierno, Kohl evitó ayer de nuevo entrar en los detalles de varios negocios sobre los cuales existen sospechas. En vez de ello, pasó al contraataque al insinuar que la comprobada destrucción de documentos internos de la cancillería sobre estos negocios pudo haber sido ordenada después de que él dejara el poder, el 27 de octubre de 1998.

Todo ello supone un serio problema para la nueva dirección de la CDU, elegida precisamente como señal de renovación después de la era Kohl. El martes, Merkel admitió que la actitud de Kohl es un "flanco abierto" para los conservadores y pidió a su ex jefe "moderación en sus presentaciones públicas".