Los partidos impulsan la reforma del reglamento del Congreso y mejores sueldos
Costumbres parlamentarias
Los portavoces parlamentarios de todos los partidos con representación en el Congreso, más los componentes de la Mesa de la Cámara baja, con su presidenta al frente, Luisa Fernanda Rudi, impulsan estos días en un parador de Ordesa (Huesca) el debate para conseguir definitivamente la aprobación de un nuevo reglamento del Congreso. Los representantes parlamentarios pretenden con esa reunión informal pactar las normas reguladoras del funcionamiento de esa Cámara, antes de reabrir en septiembre la ponencia encargada de esa labor. La mayoría de los partidos, y especialmente el PP y el PSOE, están de acuerdo en muchos de esos cambios, y también en abordar ahora, al inicio de esta VII Legislatura, una subida de los salarios de los diputados hasta homologarlos con los altos cargos de la Administración.La idea de reunirse todos en Ordesa para discutir esos objetivos partió de Rudi, que ejecutó así el compromiso adquirido por José María Aznar durante la última campaña electoral. CiU, por su parte, apuntó la posibilidad de afrontar cuanto antes ese debate en la ponencia específica creada al efecto, que lleva ya dos legislaturas trabajando con ese fin, sin éxito. PP y PSOE opinan que ahora, lejos de las citas electorales, es un buen momento para empujar esta reforma, si antes se acentúan los puntos de encuentro.
Todos los partidos, prácticamente sin excepción, admiten que el sueldo actual de los diputados es bajo para su responsabilidad: 520.000 pesetas para un parlamentario de Madrid y 650.000 para uno procedente de provincias. La meta es equipararlo a los altos cargos de la Administración, con el ejemplo seguido por el presidente de la Comunidad de Madrid, que ahora cobra como un secretario de Estado: 10.300.000 pesetas al año. El nuevo estatus que se persigue para el diputado incluiría también otras mejoras.
El reglamento que los portavoces de los grupos políticos intentan sacar adelante pretende consolidar aspectos ahora establecidos sólo como costumbres parlamentarias, como son las preguntas semanales de control al presidente del Gobierno. El PP, además, querría reducir algo las interpelaciones semanales al Gobierno -ahora son tres- para centrar ese debate sólo sobre las dos cuestiones más importantes de la actualidad.También se regularían mejor, para que fuesen más exhaustivos, los exámenes recién establecidos en el Congreso para algunos altos cargos de extracción parlamentaria, como el Defensor del Pueblo, los miembros del consejo de administración de RTVE y los del Consejo de Universidades.
También se pretende que las comisiones de investigación puedan ser creadas a petición de dos Grupos Parlamentarios, si no expresa su oposición la mayoría absoluta de los diputados. Y se persigue dotar de más medios al Grupo Mixto, ahora con un funcionamiento algo caótico.
Los populares admiten modificar las exigencias para que puedan formar grupo parlamentario los partidos de ámbito no estatal. Ahora necesitan 5 diputados o un 15% de los votos. Su propuesta es que sean suficientes tres escaños y el 23% de los votos.
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