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Tribuna:TOUR 2000 Quinta etapa: CORRESPONSAL EN EL PELOTÓN
Tribuna
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Desgaste, desgaste

Parece que no, pero ha sido una etapa de desgaste, fastidiada, muy rápida, a casi 47 de media. Sí, hemos rodado con aire más o menos favorable, pero el terreno era muy exigente, carreteras estrechas, curvas, repechos, pocas rectas, poco llano absoluto. Y encima, la salida también ha sido muy rápida. Nada más terminar de hacer nuestras necesidades, enseguida los intentos de corte y enseguida enfilados. Y como había un par de cotas puntuables y ya Virenque y compañía han empezado a coger puntos, pues todo desbocado. Hasta que no salió el corte bueno hemos ido muy, muy rápido.Lo de permitir un corte tenía su intríngulis. No podía dejar el ONCE una fuga de 10, incontrolable, porque así era muy complicado mantener el maillot amarillo, y se tuvo que conformar con permitir una fuga de cinco. Y hasta 25 kilómetros de la meta, cuando entraron los equipos de sprinters, se han dado una paliza a trabajar los del ONCE. Luego, los otros, el Festina sobre todo, han tenido poco margen con la fuga y sólo los pudieron coger una vez empezado el sprint, en la última recta. Sí, parecía una etapa fácil, pero no, después de los derroches de la contrarreloj por equipos, a esa velocidad y en ese terreno, siempre subidas y bajadas, cualquier zona era incómoda. Si te quedabas atrás, estabas todo el día comiéndote el látigo, y delante, en tensión permanente. En todas las partes, desgaste, desgaste, pero más sufrieron los que tiraban.

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Llovió un ratillo y me pasé por la parte de atrás del pelotón a ver cómo me atendía la oficina Mancebo, quien al verme me preguntó si ya habíamos girado hacia el Este o si seguíamos aún tirando para el Norte. "Ya hemos girado, tranquilo", le dije. "Jo, es que cuando el cielo está nublado y no veo el sol pierdo la orientación", me explicó. Así es el Tour, así se va en pelotón.

Al final trabajó bien el Festina y se vio recompensado con la victoria de Wust, que llevaba un par de días rozando el poste y ha sido el más listo. Lo peor fue la caída en la última curva. En los últimos dos-tres kilómetros nosotros tenemos que elegir entre meternos delante y arriesgarnos a que nos coja la caída o quedarnos detrás y que nos pille el corte. El pelotón va muy rápido, enfilado y a veces el corte es inevitable, y con el corte el tiempo. En fin.

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