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Un juez limita a una multa de 30.000 pesetas el castigo a tres 'skins' que dieron una paliza a un mendigo en Barcelona

Una multa de 30.000 pesetas. Éste es el castigo que un juez considera que merecen tres jóvenes de estética skin acusados de propinar una paliza a un mendigo. Los golpes le causaron el hundimiento parcial del cráneo, lo que le ha dejado como secuela una insensibilidad en parte de la cabeza. Ante la imposibilidad de determinar quién provocó los daños más graves, el juez imputa a los jóvenes los más leves. El juzgado de lo Penal 14 de Barcelona, cuyo titular es el juez Esteban Farré Díaz, ha rechazado el planteamiento del fiscal, que había solicitado para los acusados penas que oscilan entre un año y cuatro de prisión para Enrique R. C., Ferrán S.S. y Raúl R. F.. Los dos últimos eran menores de edad en el momento de producirse los hechos. Durante el juicio, los tres jóvenes demostraron tener un bajo nivel cultural, hasta el punto de que tuvieron dificultades para responder a los interrogatorios.

El juez Esteban Farré indica en su sentencia que "lo tumultuario y confuso de la disputa" le impide determinar quiénes son los culpables de los daños sufridos por el mendigo. Esta imposibilidad le lleva a atribuir a cada uno de los procesados la figura penal más leve posible, la de falta contra las personas, atendiendo a las lesiones más leves que sufrió la víctima. Lo contrario, afirma el juez, "produciría una especie de solidaridad contraria a la depuración de todas y cada una de las responsabilidades criminales propias de un proceso penal".

Los tres acusados reconocieron durante la vista que habían agredido con "algunos golpes" al mendigo, y alegaron en su descargo que lo habían hecho en defensa propia, tras ser increpados por la víctima. Agentes de la brigada policial especializada en tribus urbanas testificaron que uno de los agresores posee un perro dogo argentino, una de las razas más peligrosas.

El suceso se produjo el 17 de diciembre de 1998 cuando, sobre las once de la noche los tres jóvenes se encontraban en la plaza Josep Maria Folch i Torres, de Barcelona, acompañados de un grupo de amigos no identificados, y comenzaron a increpar a la víctima, el indigente español Jorge P.L., de 35 años, y a otro mendigo de origen británico. Jorge P.L. era muy conocido en la zona próxima al mercado de Sant Antoni, y se le consideraba una persona pacífica y agradable, que frecuentemente ayudaba a otros indigentes. Se le conocía con el apodo de El Príncipe de los Mendigos. Durante la vista declaró que la agresión se inició cuando el mendigo británico, que llevaba consigo un perro, se acercó al grupo de skins para pedirles un cigarrillo. Y él se vio asaltado cuando acudió en su defensa.

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