El fiscal pide una pena de arresto para un edil de EU de Betxí por un mural contra Pinochet

El fiscal pidió ayer una pena de arresto de tres fines de semana para el concejal de Esquerra Unida de Betxí Miguel Guillem por participar en la realización de un mural contra el ex dictador chileno Augusto Pinochet, pintado en una pared del mercado municipal de la localidad castellonense. El edil, acusado de una falta de deslucimiento, fue denunciado por otro concejal, Antonio Ose, del PP. El denunciante reconoció ayer a la salida del juicio celebrado en un juzgado de Nules que se opuso al mural por su contenido, no por el posible deslucimiento de la pared del mercado.

La defensa pidió la absolución ya que, además de entender que no se produjo tal deslucimiento en la fachada del mercado, dado el pésimo estado de la pared, la denuncia sólo persigue un interés político por diferencias ideológicas.El Col.lectiu Betxí solicitó en diciembre de 1999 permiso al Ayuntamiento para realizar el mural en favor de la causa instruida por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón contra de Pinochet. Pese a que el asunto fue tratado en una comisión informativa de Cultura, la asociación no recibió respuesta a la petición y al igual que en otras dos iniciativas similares (con pinturas sobre la insumisión y la objección fiscal), decidió actuar ante el silencio municipal.

Así, el pasado 21 de enero, unos 20 integrantes del colectivo acudieron al mercado para limpiar la pared escogida para el mural. Una patrulla de la Policía Local les vio trabajar, pero no pidió ningún tipo de permiso. Sin embargo, al día siguiente, con el mural comenzado (la cara del dictador entre rejas con la leyenda "Pinochet assassí"), llegó un policía que exigió una autorización que el colectivo no tenía. El concejal del PP decidió entonces denunciar a Guillem, que se encontraba en el grupo de artistas callejeros. Pese a que el edil popular admitió ayer en el juicio que conocía a otros autores del mural, sólo denunció al edil de EU porque un mes antes, según aseguró, la comisión de Cultura había dictaminado en contra de la realización de esta pintura, decisión que debía conocer el denunciado.

Guillem rebatió que las decisiones de dicha comisión sean vinculantes y dijo que el alcalde, sobre quien recae la competencia, no había contestado a la petición del colectivo. El alcalde, Manuel Peirats, del PSPV, afirmó tras la mencionada comisión que la negativa sólo se refería a una subvención pedida por el grupo para costear la pintura del mural. En el juicio, un policía afirmó que no pidió la identificación de las personas que pintaban el mural porque se sintió "amenazado", a lo que los afectados replicaron que el agente actuó con "actitud intimidadora". Finalmente, el colectivo tuvo que borrar el mural tras una notificación municipal, aunque otro colectivo lo pintó de nuevo, sin sufrir denuncia.

Oset niega que su denuncia se deba a una diferencia ideológica, como sostiene Guillem, y afirma que la pared del mercado no es lugar para llamar a alguien asesino. La polémica dio al traste con la coalición entre EU y el PSPV, que votó en contra del mural.