La fiscalía juzga "preocupante" que un tercio de los 5.978 presos esté en espera de juicio
Casi uno de cada tres presos que hay en los siete centros penitenciarios de la Comunidad (un 32,16%) es preventivo, es decir, está a la espera de ser juzgado, según revela la memoria de actividades de la Fiscalía de Madrid relativa a 1999. Un dato que el informe califica de "preocupante" por cuanto refleja la escasa celeridad del sistema judicial penal. La memoria señala que durante el año pasado se redujo el número de reclusos (5.978) en relación a 1998, si bien aumentó el porcentaje de preventivos. Pese a todo, afirma que "han mejorado" las condiciones de vida de los internos.
A finales de 1998, las prisiones madrileñas alojaban a 7.393 internos, mientras que al terminar el año 1999 esta cifra se había reducido a 5.978 (5.234 hombres y 744 mujeres), según refleja la memoria de la fiscalía, a cuyo frente está Mariano Fernández Bermejo.La fiscalía destaca que, salvo algunas deficiencias, las condiciones de vida de los internos "han mejorado en general en el último año", aunque sigue habiendo muchas quejas, la mayoría relacionadas con el régimen penitenciario. Las principales quejas y recursos se refieren, por este orden, "a concesión o denegación de permisos (24,97%), sanciones (11,52%), clasificación de grados (3,40%) y peticiones de libertad condicional anticipada (3,12%).
La fiscalía destaca que no siempre las resoluciones de los tres juzgados de Vigilancia Penitenciaria de Madrid contentan a los internos y que por ello éstos suelen apelar ante la Audiencia. También puede hacerlo el ministerio fiscal. El año pasado, los fiscales presentaron, de hecho, 561 impugnaciones (siete más que en 1998) contra decisiones de los juzgados de vigilancia. En la memoria se apuesta por una "unificación de doctrina" para evitar que haya resoluciones judiciales distintas sobre hechos similares, ya que, en la actualidad, "es imposible encontrar senderos seguros por donde discurrir".
Durante 1999, los cinco fiscales de Vigilancia Penitenciaria de Madrid efectuaron 39 visitas e inspecciones a los grandes centros penitenciarios de la región. Recibieron en audiencia a 629 internos, que les formularon 745 quejas y peticiones. En esas inspecciones, los fiscales han notado, y así lo explican en la memoria, "una mejora evidente en las condiciones de vida de los reclusos". La causa fundamental de esa mejora, reflexionan, "ha sido la implantación generalizada del programa de metadona" para los internos toxicómanos. Un programa que, "aunque no ha tenido la cobertura adecuada", pues se han producido "largas listas de espera", afirma la memoria, sí ha dado "excelentes resultados" y ha mitigado la conflictividad entre rejas por asuntos de drogas. Como resultado de sus visitas a las cárceles, los fiscales de Vigilancia Penitenciaria ofrecen este panorama:
- Madrid 1 (mujeres). "Es, posiblemente, uno de los establecimientos que mejor funciona en todos los sentidos. Albergó en 1999 a una media de 304 reclusas, aun cuando su capacidad máxima es de 400. A finales de diciembre alojaba a 288. Por tanto, no ha existido superpoblación en este centro. Sus instalaciones son buenas y suficientes. Las reclusas presentan un índice de quejas muy bajo. Con todo, las denegaciones de permisos constituyen la principal queja (28,57%), junto con el destino penitenciario (1,29%)
- Madrid 2 (Alcalá-Meco). Ha albergado en 1999 a una media de 773 presos (223 preventivos y 550 penados). Su capacidad es de 800 reclusos, por lo que tampoco ha sufrido superpoblación. Las instalaciones no son deficientes y su funcionamiento general, correcto. También su índice de quejas es bajo, aunque el núcleo fundamental lo constituyen las denegaciones de permisos. Las quejas acerca de la asistencia médica -cinco hubo el año pasado- eran injustificadas.
- Madrid 3 (Valdemoro). Alberga a presos preventivos y penados en un número similar. En 1999, la media de preventivos fue de 545, y la de penados, de 551. En ningún momento del año alcanzó su capacidad máxima, 1.200 internos. Con carácter general, los fiscales no tienen nada que objetar respecto al funcionamiento de sus servicios administrativos, si bien hay que recordar que antes del verano de 1999 se produjo desatención de los internos como consecuencia de una huelga de funcionarios que provocó una importante conflictividad durante dos días. Igualmente, existen deficiencias en las instalaciones dedicadas a las comunicaciones de los presos con sus familiares, que exigen una inmediata reforma para garantizar un mínimo de confidencialidad y separación entre las diferentes visitas.
- Madrid 4 (Navalcarnero). Ha albergado una media de 970 condenados durante 1999. Su capacidad es de 1.337 presos. Ha mejorado notablemente su funcionamiento respecto a 1998. Los problemas denunciados en 1998 en relación con sanciones encubiertas han sido erradicados. Eso ha hecho que disminuya sensiblemente el índice de quejas, constituyendo su núcleo fundamental las denegaciones de permisos, así como las liquidaciones de condena. Pero hay aspectos que requieren urgente solución: uno, en verano la temperatura es extremadamente caliente y fría en invierno, y dos, no hay salas habilitadas para la convivencia de los reclusos con sus hijos menores de 10 años.
- Madrid 5 (Soto del Real). Con una capacidad para 2.000 presos, en 1999 ha recluido a una media de 1.482 internos (1.036 preventivos y 446 condenados). El cambio en la dirección de este centro dio los resultados deseados. Muchos de los problemas antaño denunciados están resueltos. Los expedientes, informes técnicos, así como la preparación y desarrollo de las visitas ha mejorado ostensiblemente, lo que ha motivado un importante descenso en las quejas de los internos, que ahora se centran más en la situación procesal. No obstante, hay una deficiencia que afecta al módulo de aislamientos y que es fuente continua de conflictividad en los reclusos: el patio de este módulo carece de techado, por lo que los internos se ven abocados a calor y frío extremos (la cárcel está situada en las faldas de la sierra).
- Madrid 6 (Aranjuez). Tiene capacidad para 1.400 internos, si bien durante 1999 sólo acogió a una media de 981, de los que 56 eran preventivos, y el resto, penados. Sus instalaciones son correctas, pero su funcionamiento es manifiestamente mejorable en muchos aspectos: hay cierta descoordinación en la preparación de las visitas; los expedientes son tramitados de manera regular, apreciándose una pobre argumentación y fundamentación en los acuerdos denegatorios de los permisos de los internos. Hay 0,13 quejas por recluso, y la principal reclamación se centra en la falta de información sobre su situaciòn procesal (casi un 20%) y un 17,5% en relación con la denegación de permisos.
- Victoria Kent. Los fiscales no han hecho informe específico sobre este centro, de régimen abierto, instalado en la antigua cárcel de Yeserías, en Madrid.
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