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Un periodista alemán es secuestrado por los separatistas filipinos

Andreas Lorenz, el corresponsal en Pekín de la revista alemana Der Spiegel, fue ayer secuestrado en la isla filipina de Jolo. Lorenz viajó allí para informar de la suerte de los 20 turistas capturados por los extremistas islámicos de Abu Sayyaf el 23 de abril mientras practicaban submarinismo en Sidapan (Malaisia), y trasladados y retenidos desde entonces en Jolo.

Cuatro hombres se ofrecieron como intermediarios para facilitar una entrevista del periodista alemán con los secuestrados, la mayoría de ellos turistas occidentales. Lorenz accedió y tomó con ellos un coche. Durante el viaje, dos de los hombres sacaron sus armas y, apuntándole, le obligaron a salir del vehículo y tomar otro. El relato del secuestro fue facilitado por el coronel Cándido Casimiro, jefe de policía de Jolo, después de interrogar al conductor del periodista, al que los extremistas de Abu Sayyaf dejaron libre. El periodista alemán secuestrado ayer ya estuvo retenido por los extremistas de Abu Sayyaf cuando, acompañado de otros colegas, se adentró en la selva para averiguar cuál era la situción de los turistas capturados. Fue, junto a los demás informadores, posteriormente liberado a cambio de un pago de 25.000 dólares (unos 4,3 millones de pesetas). El coronel Casimiro aventuró ayer que esta vez también pedirán dinero por él.

En aquella ocasión, Lorenz fue capturado junto a otros nueve periodistas occidentales. Todos permanecieron durante diez horas en manos de los rebeldes.

Negociaciones suspendidas

El Gobierno filipino de Joseph Estrada ha suspendido las negociaciones con los guerrilleros del movimiento Abu Sayyaf, que reivindican un Estado islámico independiente y la exclusión de los pesqueros multinacionales que faenan en las aguas de su zona.

Los rebeldes secuestraron el pasado 23 abril a 21 personas que se encontraban en un balneario en Malaisia frecuentado por aficionados del buceo, que fueron llevados en barco a la isla filipina de Jolo, en la provincia de Sulu, a unos mil kilómetros al sur de Manila. El mes pasado liberaron a uno de los rehenes, un malayo, pero aún retienen a los demás, que, aparte de los tres alemanes, incluyen dos franceses, dos finlandeses, dos surafricanos y un libanés, además de malayos y filipinos. El nuevo secuestro tiene lugar en un momento de creciente presión internacional sobre Estrada para que resuelva este asunto, que coincide también con nuevos combates por parte del principal grupo rebelde, el Frente Islámico Moro de Liberación. Éste ha lanzado el mayor desafío a Estrada en sus más de dos años de mandato.

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