El terrorismo urbano aumenta en un 30,7% respecto al año pasado
El terrorismo callejero en el País Vasco y Navarra, con alguna manifestación aislada en Cantabria, se ha incrementado en un 30,7% durante el primer semestre de 2000 -hasta el 29 de junio- en relación con el mismo periodo de 1999. En concreto, se ha pasado de 228 acciones vandálicas a 298. El año precedente, la mayor parte del cual -hasta noviembre- coincidió con el alto el fuego de ETA, se produjeron 390 en total.
La kale borroka, lucha callejera o terrorismo urbano se ha incrementado sustancialmente en el primer semestre de 2000 respecto al de 1999: de 228 acciones a 298, un 30,7% más. Es cierto, no obstante, que la mayor parte del año pasado -hasta noviembre- coincidió con el alto el fuego declarado por ETA en septiembre de 1998, circunstancia que quizá influyese en los grupos radicales.Según datos de Interior, esta práctica violenta se intensificó en 1995, cuando hubo 924 casos. Hasta entonces habían oscilado entre los 130 de 1987 y los 500 de 1992. En 1996 se estableció el récord: 1.135. Una cifra que se redujo a 971 en 1997 y a 489 en 1998.
Ahora, sin embargo, la kale borroka tiende a intensificarse. ETA ha cometido cinco asesinatos desde su vuelta a las armas: los de Pedro Antonio Blanco, teniente coronel del Ejército, en enero; Fernando Buesa, dirigente socialista, y Jorge Díez, el ertzaina que le escoltaba, en febrero; José Luis López de Lacalle, fundador del Foro Ermua y columnista de El Mundo, en mayo, y Jesús María Pedrosa, concejal popular, en junio. Paralelamente, sus colaboradores ciudadanos han llevado a cabo desde enero 298 atentados.
Vizcaya, con 107 episodios, es la provincia vasca que más ha sufrido el terrorismo urbano en estos meses. Le sigue Guipúzcoa, con 96. Curiosamente, Navarra, con 62, supera a Álava, la menos nacionalista, con 32. Cantabria también ha padecido uno. Enero, con 84, ha sido el mes más conflictivo, por delante de mayo, 53; abril, 46; febrero, 44; marzo, 39, y junio, 32.
Atentados más relevantes
Los más importantes han sido por orden cronológico los siguientes: en enero, el lanzamiento de 54 cócteles mólotov contra el cuartel de la Guardia Civil de Galdakao (Vizcaya), el de 13 contra el de Durango (Vizcaya), el de nueve contra la Comandancia de San Sebastián y el de cinco contra la vivienda de un policía nacional en Villava (Navarra), así como los ataques contra las de la portavoz socialista y un agente en Lejona (Vizcaya) y, por error, la de un vecino de un edil también del PSE en Getxo (Vizcaya); el incendio de la estación de Portugalete (Vizcaya) y la paliza a un joven que arrancó en San Sebastián un cartel pro huelga general.
En febrero también se atentó contra la casa de López de Lacalle, más tarde asesinado, y fue apedreada la del artista Agustín Ibarrola. Además, un concejal del PNV resultó herido leve por la explosión de un artefacto y la Subdelegación del Gobierno en Vitoria fue asimismo blanco de los cócteles.
El marido de una edil del PP en Basauri (Vizcaya) sufrió lesiones en marzo en una acción contra su domicilio. Otros atacados fueron el de los padres de un periodista de El Correo, en Bilbao; el de una hermana de un ex concejal socialista, en Amorebieta (Vizcaya), y el de un vecino de uno del PP en Getxo. También se lanzaron 40 cócteles contra la Guardia Civil en Bilbao.
En abril, una juntera del PSE en Hernani (Guipúzcoa) sufrió hasta tres ataques: en uno fue detenida una persona que pretendía quemar el coche de su esposo y en los otros se arrojaron pinturas y piedras contra su cafetería. Además, un vecino de un policía de Villava fue herido en un atentado.
En mayo, por fin, el bar del marido de la juntera fue destruido. Además, se dañó árboles del bosque pintado de Ibarrola y se tiraron artefactos contra la residencia de una militante del PP en San Sebastián.
Por último, en junio, se incendió una oficina de Hacienda en Rentería (Guipúzcoa) y en Las Arenas (Vizcaya), donde ETA puso un coche bomba en un barrio mayoritariamente de empresarios, se lanzaron cócteles contra una sede de El Correo. Asimismo, se colocaron explosivos en la Comandancia de Marina de Bilbao.
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