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Reportaje:

El primer templo cristiano

El parque natural de Valderejo, el valle de Valdegovía y los alrededores de esta península alavesa en territorio burgalés conservan casi intactos los paisajes que vieron aquellos cristianos que pusieron en marcha el primer templo de esta religión en el País Vasco, el monasterio de San Román, en Tobillas. Restaurado recientemente por la Diputación alavesa, esta pequeña iglesia guarda todavía algunas de las huellas de aquel primero que surgió a la sombra de la cercana diócesis de Valpuesta, en la actualidad provincia de Burgos.A pesar de su sencillez, de su aparente insignificancia, la iglesia de Tobillas fue uno de los principales monasterios de la cristiandad de su tiempo. Alrededor de su historia inicial se pueden descubrir los primeros pasos de los seguidores de Cristo en el País Vasco, cuya datación ocupa un lugar preferente entre las controversias históricas sobre este territorio.

Cómo llegar: Tobillas se encuentra en el extremo occidental de Álava, a la entrada del parque natural de Valderejo

Desde Bilbao, se puede acceder por la N-625 (luego A-2625), que pasa por Llodio, Amurrio y Orduña para llegar a Villanañe, en donde se toma la A-2622 que pasa por Tobillas. Desde Vitoria, la solución más corta es llegar por la N-I hasta Nanclares de la Oca. De esta localidad sale la A-2622 que llega a Tobillas, tras pasar por Pobes, Salinas de Añana y Espejo.Alojamiento: En Tobillas no hay ninguna posibilidad de alojamiento. Los hoteles más cercanos son la Casa Palaciega de los Ozpinas en Salinas de Añana (tel. 945 351304) y Los Tres Hermanos (947 359037) y el Parque del Ebro (947 359198), en Sobrón. Las casas de agroturismo más cercanas son Valderejo Etxea (947 566087) en Lalastra y Herranetxe (947 353182) en Bóveda. Ya más alejados están Ansotegui en Cárcamo (947 351005) y, en Espejo, Abegi-On (947 351204) y Patxo Etxea (947 351016). Comer: Tampoco hay ningún restaurante en Tobillas, pero sí se encuentran varios en las localidades de sus alrededores. Además de los hoteles citados, se puede acudir a Bringas, en Bergüenda (947 351121); Txako, en Espejo (947 351063), Gobea (947 353106) y Batzoki Gaubea (947 353240) en Villanueva de Valdegobía. Y ya más lejos, Cantabria, en Pobes (945 362028).

Era el año 822 cuando el abad Avito llegó al lugar que hoy se conoce como Tobillas para fundar un monasterio. Eligió un territorio casi virgen: los pobladores autóctonos eran pocos y todavía no habían sido contaminados por el cristianismo, mientras que la presencia musulmana en la Península (que ya alcanzaba el primer siglo) no había llegado tan al norte.

Había habido, eso sí, romanización, tal y como constatan los historiadores, mientras que los predicadores del Evangelio se limitaban a vivir, de momento, como trogloditas en las numerosas cuevas que salpican este valle de Valdegovía y otros del resto de Álava. Así que la fundación del abad Avito, que como tantos otros padres del cristianismo, huía de la presión musulmana, debió impresionar a los lugareños. Llegó nada más y nada menos que con 24 juntas de bueyes, 100 vacas, 80 yeguas, 20 caballos y mulos, 500 ovejas y 24 libros, todo un capital para la época.

Extenso territorio

Como era costumbre en aquella época, al abrigo del monasterio se puso un extenso territorio que conforma buena parte de la comarca natural que se encuentra entre el occidente alavés y el noreste de Burgos. La repoblación que había generado la subida islámica desde el primer Al Andalus hacia el norte de la península se vivió en este valle de Valdegovía con especial interés. No sólo por la fundación de éste y otros monasterios, sino porque se creó un núcleo de poder cristiano, que fue el embrión de la recuperación de los territorios a los musulmanes.

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Y además, en el de Tobillas y en los monasterios cercanos, se fue gestando el primer castellano a partir del latín que hablaban aquellas comunidades. Es cierto que tradicionalmente se ha localizado en el cercano enclave de San Millán de la Cogolla la aparición de las primeras palabras del castellano, pero estudios recientes colocan a Valdegovía como primer referente de los balbuceos de aquel romance.

Lo que sí está claro es que la animación de la zona era superior a la actual. Un paseo por este occidente alavés presenta una población envejecida, escasa actividad laboral, si no es en los principales municipios (como Villanueva o Espejo) y un futuro que pasa por la explotación del parque natural de Valderejo y algunas empresas que han surgido a su sombra dedicadas al turismo o a la producción de queso.

En tiempos del abad Avito y sus sucesores como los famosos Tello o Vigila, el monasterio de Tobillas (o cualquiera de los que se encontraban en los alrededores) movía a un gran número de gentes que estaban a su servicio. Y además poseían numerosas propiedades a sus alrededores, más allá del lugar dedicado a dar sepultura a sus fieles, que estaba en primer término.

Está ubicación del cementerio se ha podido comprobar ahora con el reciente descubrimiento que ha tenido lugar frente a la iglesia de Valpuesta, que fuera sede episcopal en aquellos primeros siglos de presencia musulmana. Al levantar el pavimento para realizar unas canalizaciones, se han hallado algunas tumbas pertenecientes, según las primeras observaciones, a los primeros tiempos de la creación de este templo ubicado geográficamente en Valdegovía, pero administrativamente en Burgos.

Y ya que se ha legado hasta Tobillas, no está de más acercarse a Valpuesta, auténtica sorpresa para el profano en esta gran comarca. Es inimaginable encontrar a la vuelta del camino esa iglesia que tiene un pequeño núcleo que nunca ha tenido más de una docena de vecinos.

El año de fundación de este monasterio clave en la Alta Edad Media es un poco anterior al de Tobillas. Fue en el 804 cuando el obispo Juan, procedente de Oviedo y bajo el amparo de la monarquía asturiana, emprende la construcción de un complejo religioso que alcanzará en poco años la categoría de sede episcopal.

Manuscritos

Se especula que Tobillas llegó a contar con un escritorio en el que los monjes copiaban libros sagrados, pero sí existe la certeza total de que Valpuesta fue un centro de este tipo, uno de los más reputados de la Cristiandad de su tiempo. Valpuesta fue al norte del Ebro lo que San Millán en La Rioja o San Juan de la Peña en Aragón. De aquella actividad quedan algunos manuscritos que reflejan la rica vida de estas comunidades.

Al visitante de hoy en día le quedan unos restos que harían las delicias de un ilustrador romántico, con un claustro que se mantiene en pie gracias a estar apuntalado. En el interior del templo, los restos de un esplendor secular luchan contra un abandono que también suma siglos, a la espera de que la Junta de Castilla y León (una de las comunidades con mayor número de monumentos históricos) se atreva con la iglesia de Valpuesta.

Por su parte, la de Tobillas, al otro lado del Omecillo, más humilde, presenta después de su cuidada restauración algunos de esos rasgos visigóticos que la han hecho merecedora del primer puesto en la clasificación de templos cristianos del País Vasco.

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