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El presidente de Taiwan acepta el principio de "una sola China" sobre la reunificación

El presidente de Taiwan acaba de reconocer ante un grupo de visitantes estadounidenses el principio de que existe "una sola China". Chen Sui-bian se sitúa así en una posición cercana a las exigencias de Pekín para reanudar las conversaciones entre el Gobierno comunista continental y el de la isla.En una sorprendente concesión, Chen Sui-bian señaló que aceptará la formulación hecha en 1992 de que China y Taiwan podrían tener cada una su propia definición de lo que significa la expresión "una China". Con anterioridad, el nuevo presidente taiwanés había señalado que no aceptaría el principio de "una sola China" antes de que comenzaran las conversaciones con la China continental.

El presidente taiwanés hizo estas declaraciones el pasado martes durante un encuentro que mantuvo con el presidente de la Fundación Asia, el estadounidense William Fuller. Al día siguiente, sus palabras fueron recogidas en las primeras páginas de los diarios de Taiwan. "Éste es un significativo paso dado por el nuevo presidente", señaló Andrew Yang, secretario general del Consejo de Estudios Políticos Avanzados chino, una organización investigadora con base en Taipei. "Esto muestra que Chen continua con su ofensiva de acercamiento y que ha dado un importante paso adelante", añadió.

Lin Chong-pin, vicepresidente del consejo taiwanés de asuntos para China continental señáló que "es la más autorizada, sincera y bienintencionada declaración política del nuevo Gobierno". Lin pidió al Gobierno de Pekín que responda positivamente a la declaración de Chen.

Bajo presión

Aunque no se ha producido una reacción oficial desde Pekín, fuentes chinas reconocieron que Chen se ha acercado a las posiciones defendidas por Pekín y expresaron su optimismo ante la posibilidad de que las conversaciones entre ambos territorios puedan reanudarse. "Chen está muy próximo a decir lo que el Gobierno central quiere que diga", señaló Li Yihu, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Pekín. "Comprendemos que allí está bajo presión y que no puede hacer demasiadas concesiones. Soy optimista ante la posibilidad de que se pueda alcanzar algún acuerdo". Y añadió: "Todos nosotros queremos paz a ambos lados del estrecho de Taiwan".

La declaración del presidente taiwanés es la segunda en menos de una semana en la que el mandatario, que era hasta su elección jefe de la oposición y despertaba recelos por sus aspiraciones independentistas, ofrece una rama de olivo al régimen de Pekín.

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El pasado 20 de junio, en su primera rueda de prensa desde que accedió a su cargo, el 20 de mayo, Chen invocó la histórica cumbre entre el presidente de Corea del Norte, Kim Jong-il y su homólogo de Corea del Sur, Kim Dae-jung, señalando que le gustaría reunirse, sin condiciones, con el presidente chino, Jiang Zemin.

Chen añadió que había colocado la foto de los dos presidentes Kim estrechándose las manos para que le sirva como inspiración y sin importarle si China rechaza su ofrecimiento.

Las declaraciones del presidente de Taiwan constituyen un rechazo implícito de un cambio político clave realizado por su antecesor Lee Theng-hui, que el pasado verano anunció que China y Taiwan harían un ejercicio de realismo y establecerían una relación "de Estado a Estado". Esta actitud de Lee enfureció al Gobierno de Pekín, que decidió poner fin a un diálogo que se estaba iniciando y comenzó a amenazar con el inicio de una guerra.

Analistas a ambos lados del estrecho de Taiwan creen que las palabras de Chen contienen elementos que Pekín podría considerar problemáticos, especialmente si decide continuar presionando a Taiwan. En medios académicos chinos se considera que el Gobierno comunista de Jiang Zeming es demasiado débil y burocratizado para poder responder a las propuestas taiwanesas.

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