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Reportaje:LA 'REBELIÓN' DE LAS CAJAS ANDALUZAS

Fusiones contradictorias

Alejandro Bolaños

La decisión de no acatar una ley aprobada por el Parlamento andaluz es un comportamiento poco habitual, y lo es menos aún en el sistema financiero, que suele evitar cualquier injerencia en el campo de juego de otras instituciones. Las cuatro entidades insumisas (El Monte, Caja San Fernando, La General y Caja de Jaén) se han apoyado en en la inexistencia de un reglamento que desarrolle la norma para rechazar adaptar sus estatutos a la ley de Cajas. Un motín pasajero en la batalla sorda entre intereses políticos, financieros y personalistas por ganar posiciones en un sector estratégico: todos prevén una reducción de las entidades protagonistas, que serán más poderosas pero tendrán menos sillones que repartir.La apuesta de Manuel Chaves. "Como presidente de la Junta de Andalucía, y respetando la autonomía de las cajas, quiero dar el impulso político necesario para que, sin prisas pero sin pausas, llevemos a cabo un proceso de fusión de todas las cajas que desemboque en una sola caja de ahorro andaluza, potente y bien dimensionada". Estas frases de Manuel Chaves en el Parlamento andaluz, el 12 de febrero de 1999, abrieron uno de los debates políticos más intensos de la pasada legislatura, que aún sigue vivo. El anuncio de Chaves contribuyó a complicar la discusión del proyecto de ley de Cajas pero, aunque sorprendente, estaba muy pensado. La Junta cuenta con informes que pintan negros nubarrones en el horizonte de las cajas andaluzas: los gigantes del sector nacional, La Caixa (sus sucursales en Andalucía generan ya un negocio de un billón de pesetas) y CajaMadrid no paran de ganar cuota de mercado en la región, mientras que las entidades andaluzas no cuentan con dimensión suficiente para operar en otros mercados. Chaves decidió anticiparse a un futuro problemático (las cifras de negocio de las cajas andaluzas son todavía muy buenas) y realizar una apuesta política por la integración del sistema financiero andaluz.

Respuesta de la oposición. El mismo día que hizo público su objetivo de avanzar en el objetivo de lograr una caja única andaluza, Chaves reconoció la necesidad de consensuar el proceso "al menos con el PP". Manuel Atencia, que entonces era el portavoz parlamentario de los populares, avaló en aquella sesión el análisis del presidente de la Junta. Atencia consideró entonces que el único obstáculo para profundizar en el debate se encontraba en la ley de Cajas y en la intención del Ejecutivo de nombrar directamente a la mitad de los nuevos representantes de la Junta en los órganos de gobierno de las cajas. Al final, la petición del PP fue recogida en la ley, y será el Parlamento el que elija los representantes autonómicos. El consenso prometido se rompió por el camino: los populares se opusieron a la nueva norma y su posición sobre la caja única cambió radicalmente.

La postura inicial del PP. La postura inicial de Atencia no era insólita en las filas populares. De hecho, en diciembre de 1997, el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato, propuso a los socialistas un mapa nacional de fusiones para que en cada comunidad autónoma existiera una sola caja de ahorros "o dos como mucho", cuando próximamente entre en circulación la moneda única europea . El descenso de los tipos de interés, la incorporación al euro y la centralización de la política monetaria en el Banco Central Europeo son algunos de los argumentos de los expertos para vaticinar un descenso en el margen del negocio habitual de las cajas (la diferencia entre los intereses de los créditos que ofrecen y los depósitos que reciben las entidades de sus clientes).

El golpe de timón de Rato. Con la campaña electoral a punto de arrancar, los populares se dieron cuenta de que la tramitación parlamentaria de la ley de Cajas había resquebrejado la alianza entre socialistas y andalucistas y se apresuraron a aprovechar su vertiente política. Rato, en una visita a la región, se olvidó de su planteamiento de 1997 y consideró "muy negativo transmitir la impresión de que se pretenden hacer definiciones políticas sobre el tamaño de las entidades financieras". La oposición de los populares andaluces al proyecto de caja única fue mucho más feroz y se personalizó en la sustitución de Atencia como portavoz en favor de Antonio Sanz, nuevo secretario regional del PP.

Otras comunidades, más fusiones. Los representantes de la Junta de Andalucía no ocultan que uno de los motivos de avanzar en la caja única es consolidar un poder financiero autóctono con suficiente dimensión para financiar las inversiones autonómicas y las iniciativas empresariales en el exterior. Una meta que también puede lograrse mediante las fusiones virtuales (acuerdos de cooperación entre las cajas), opción que defiende la Confederación Española de Cajas de Ahorros pero que pocos Gobiernos autonómicos apoyan. Los populares andaluces creen que la caja única propiciaría "el intervencionismo" de la Junta. Una postura que no comparten altos dirigentes del PP en otras comunidades. Así, el presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, ha hecho de la fusión de Bancaixa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (las dos entidades de ahorros de la comunidad) una de sus mayores apuestas políticas; la Xunta insiste en fomentar la unión de las tres cajas del sur de Galicia; y, la pasada semana, el presidente de Castilla-León, Juan José Lucas, tildó de "muy interesante" cualquier operación que acabe en la fusión de las seis entidades de su comunidad.

Más cambios de rumbo. La caja única no sólo ha provocado planteamientos dispares entre los políticos. El presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, Rafael Álvarez-Colunga, apenas tres días después del anuncio de Chaves, saludó la iniciativa y mostró su apoyo a "una gran caja, que sea competitiva". Un año después, encargó un estudio para mostrar los efectos negativos de la fusión total y propugnar una unión local de El Monte y Caja San Fernando en Sevilla.

Contradicciones socialistas en Sevilla. Las contradicciones alcanzan también al PSOE. Sus representantes en Sevilla desconfían de una caja única pilotada por la malagueña Unicaja (la entidad más importante de la región) y, en el Ayuntamiento hispalense, han apoyado la unión de El Monte y Caja San Fernando, mal vista por la Junta.

Socios desconfiados

La regulación de las cajas de ahorros constituye el mayor punto de fricción entre socialistas y andalucistas, los partidos que han reeditato para esta legislatura la alianza que les permitió gozar de una sólida mayoría en el Parlamento andaluz. En la tramitación de la ley, los socialistas rechazaron que fuera el Ejecutivo el que designara a la mitad de los representantes de la Junta en las cajas, como propugnaba el PA. Los andalucistas, en el último momento, impusieron junto a populares e IU un periodo extra para los presidentes de las entidades que habían agotado su mandato.En el proyecto de caja única ha provocado el silencio prolongado en varios dirigentes andalucistas y un carrusel de declaraciones del vicepresidente del PA, Pedro Pacheco. El alcalde de Jerez se ha significado por pedir la dimisión de la consejera de Economía, Magdalena Álvarez. Pacheco, abogado de Caja San Fernando, ha defendido con ardor la unión de esta entidad con El Monte, fusión considerada por Álvarez como "la peor posible".

Las manifestaciones de Pacheco contra la caja única han vuelto a revelar la ausencia de un criterio homogéneo en el Partido Andalucista que encara en octubre un congreso nacional en el que diversos sectores, uno de ellos capitaneado por el alcalde de Jerez, pugnan por hacerse con la dirección del partido.

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