Un rayo de sol, oh, ho
El tiempo siempre ha sido un tópico, es decir un recurso a la hora de hablar con los extraños habitantes de los ascensores, pero ahora se ha convertido en un trópico, vaya, en un agobio. O llueve o nos asamos. No hay término medio. Ni refrescos. Quiero decir que cuando el calor aprieta, la horda de playeros se lanza al asalto de los chiringuitos y los marchita. Ocurrió el otro día en la costa guipuzcoana y cabe suponer que en las demás, Zadorra incluido, sólo que también ocurrió otra cosa. Muchísimo más importante pero más desapercibida porque sólo se dio en Hondarribia, por mal nombre Fuenterrabía. Resulta que el baño no era apto, que es una forma educada de decir que el agua rebosaba de mierda, o sea de flotantes diversos y solutos de distinta procedencia y pérfida catadura ya que mucho de lo que allí nadaba podía ser peligroso hasta para lo no humano.Pues bien, a pesar de las advertencias, la gente se bañó. Todavía es pronto para saber si se han producido mutaciones o si hay más población con la piel verde, poco importa puesto que interesa menos aquí el aspecto sanitario que, como se dice ahora tanto, la filosofía del asunto. Muchos de los trasgresores confesaban no haberse enterado de la circunstancia, pese a que la circunstancia fue radiada e impresa en todo lo imprimible, otros más se lanzaron al agua pese a la advertencia a pie de obra de los socorristas, no faltando los que cedieron al efecto masa y al ver que muchos se bañaban se dieron su chapuzón; ¿cómo iba a resultar venenoso si tantos lo hacían? Hubo, por último, quien confundió los códigos y confesó que no le entraba en la cabeza que no pudiera bañarse habiendo como había una hermosa bandera verde que lo autorizaba.
Lo más grande de todo es que aquella gente se estaba jugando la salud, es decir, un bien propio, intransferible e inmediato y la arriesgaron por ignorancia o desprecio del hecho en sí o de las consecuencias. Y aquí viene la pregunta del millón, ¿de qué se entera la gente cuando cree haberse enterado de algo y eso aunque su salud esté en juego? Puesto que hay una bandera de por medio, aquella verde con que algunos intentaban tranquilizarse, podríamos extender las especulaciones a un campo tomado al azar, por ejemplo el ámbito vasco de decisión, un ámbito en el que por mucho que uno se bañe, todo hay que decirlo, sólo conseguirá personalidad pero en ningún caso tentáculos ni trastornos intestinales. Si comparamos la recomendación baño no apto, con la de ámbito vasco de decisión enseguida choca lo abstracto de este último, puesto que contiene nada menos que dos conceptos difíciles y uno aproximado. Puede que lo de vasco parezca más asequible pero basta con leer un poco, cosa que al parecer no hizo un buen paquete de bañistas, para enterarse de que hay varias maneras de ser vasco, me refiero a las personas, y alguna y muy específica de que lo sean los ámbitos.
No quiero extenderme sobre cuánta ciencia política habría que echarse a pechos para domeñar los ámbitos y los ámbitos de decisión y ello sin que haya después una ducha que te quite lo mayor, o sea, lo nocivo. Pero igual no tiene importancia porque tampoco se ducharon muchos de los bañistas pese a que también se lo aconsejaron. Me limitaré a lanzar un desafío: ¿cómo habrá que decidir para adoptar un ámbito de decisión si para hacerlo habría que enterarse de qué es y qué supone, sabiendo que hay gente que o no quiere enterarse o no se entera por mucho que se lo expliquen, o que, se entere o no se entere, va a lanzarse de todas todas al ámbito sólo porque les aprieta el calor, de no ser que lo hagan porque lo hacen otros, o que, independientemente de que no se zambullan, porque a lo mejor el calor y los demás soplan de otro lado, o se zambullan porque sí, se arman el gran lío con las banderas?
No lo sé pero si el ámbito tiene que ver con la geografía, el futuro viene peor ya que más la mitad de los chavales de primaria no distingue los puntos cardinales. Igual por eso tratan algunos de que se adopten cuanto antes los ámbitos que unen el Norte y el Sur, o sea Iparralde y Hegoalde, si mi decisión es buena.
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