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Los guerristas consuman con la aprobación de su Ley de Cajas la división del socialismo asturiano

La división en el socialismo asturiano dio ayer otro paso hacia el enfrentamiento abierto. El sector guerrista, mayoritario en su grupo parlamentario, logró que se aprobase en la Cámara autonómica, con el único apoyo del PP, la Ley de Cajas de Ahorros, a la que se oponen su propio Gobierno y sus compañeros renovadores. A su vez, el presidente de la comisión política del PSOE, Manuel Chaves, anunció que la próxima semana analizarán el problema para tratar de evitar que "vaya a mayores" y anticipó que no se prevén sanciones.

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La nueva norma traspasa al Parlamento el poder que hasta ahora tenía el Ejecutivo sobre Cajastur

La polémica Ley de Cajas salió adelante con los votos de los 15 diputados guerristas del PSOE y los 15 del PP en una Cámara de 45 escaños. Los ocho parlamentarios socialistas del sector renovador, el del presidente del Gobierno, Vicente Álvarez Areces, no asistieron a la sesión. Por su parte, el único de Nueva Izquierda se marchó del hemiciclo en el momento de la votación para no romper la disciplina de voto y al considerar que la aprobación de la mencionada norma podría "dar una imagen de aparente desautorización del Ejecutivo".En contra de ella se manifestaron los tres de la Uras, la formación del ex presidente Sergio Marqués, y los dos de IU, de un total de tres, que acudieron a la sesión. No así el secretario general de la Federación Socialista Asturiana, Luis Martínez Noval, que expresó su respaldo "sin reservas" a la nueva ley.

Contra Álvarez Areces

Juan Cofiño, que defendió el texto en nombre del grupo socialista, sostuvo la legitimidad y normalidad del pacto con el PP. Ese mismo consenso entre los dos partidos mayoritarios, dijo, se ha producido con anterioridad para regular las Cajas de Ahorros en otras comunidades, como, concretó, Andalucía y Castilla-La Mancha, en alusión a sus respectivos presidentes, Manuel Chaves y José Bono, quienes en los últimos días respaldaron al de Asturias, Vicente Álvarez Areces, frente a los guerristas y pidieron, como la eurodiputada Rosa Díez, la paralización de la ley hasta llegar a un acuerdo.

Así, Cofiño sostuvo que no hay razón para que lo que ha sido bueno en otras autonomías no lo vaya a ser también en la asturiana y aseguró que el pacto con los populares garantiza la "estabilidad" de Cajastur, la principal entidad financiera de la región, amparándola ante futuros "vaivenes políticos".

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Pero la carga política de la intervención de Cofiño se produjo durante su respuesta a IU, que votó en contra de la ley. A esta organización le reprochó que sea "cómplice" y agente "subsidiario e instrumental de otros", en referencia implícita a Álvarez Areces, a quien, aunque sin citarle en ningún momento, acusó de haber urdido "una estrategia con apoyatura de propaganda mediática" para ir contra la norma.

A ella, abundó Cofiño, sólo se oponen "quienes no quieren la transparencia democrática, los que ven peligrar sus intereses de grupo, los que quieren hacer de Cajastur una presa de sus ambiciones personales y grupales, los lobbies de poder incrustados en su seno y los que están instalados en la ley del pelotazo".

El renovador Francisco Villaverde, afín a Areces y que no estuvo presente en el Parlamento, como tampoco sus compañeros, tildó de "cínicas" las acusaciones de Cofiño y emplazó a la dirección federal del PSOE a que intervenga, una vez que se ha consumado la fractura de los socialistas asturianos y la desobediencia de los guerristas a las indicaciones de Chaves: "Espero que se tomen las decisiones políticas y, en su caso, disciplinarias que correspondan".

El portavoz de IU, Francisco Javier Valledor, rechazó la acusación de complicidad con Areces y la achacó a la "paranoia" de los guerristas, a los que culpó de impedir la negociación de la ley con los demás grupos, salvo con el PP, y de "deslegitimizar y desautorizar" a su propio Gobierno "trasladando una crisis política interna a las instituciones".

Segun Valledor, "con la quiebra y ruptura de la izquierda", derivada de la estrategia guerrista, "el único beneficiario es el PP, que se está frotando las manos". "Es preocupante", añadió, "que, para pactar con el PP, el PSOE deje fuera del acuerdo a su Gobierno, a parte de su grupo parlamentario, al mismo Ayuntamiento de Gijón , a los sindicatos y a IU".

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