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El presidente de Aragón rechaza cualquier trasvase del Ebro por su alto coste

"Ni yo ni mi gobierno somos partidarios de los trasvases". Marcelino Iglesias, presidente socialista de Aragón, rechazó ayer la posibilidad de ceder futuros excedentes de agua desde la cuenca del Ebro hacia otras zonas deficitarias del Estado, entre las que la Comunidad Valenciana ocupa lugar preferente. En una intervención parlamentaria y forzado por sus socios regionalistas del PAR, Iglesias sugirió que está dispuesto a utilizar el agua como moneda de cambio.

Iglesias contestó ayer a una pregunta del PP en la sesión de control al gobierno que se celebraba en el parlamento regional sobre su postura sobre los trasvases. Y fue rotundo: "Yo no soy partidario de los trasvases, tal vez vaya a contrapié de mi propio partido, pero ni yo ni mi gobierno somos partidarios de ellos".Iglesias intentó despejar la existencia de fricciones en el seno de su gobierno, apoyado por los socialistas y el Partido Aragonés Regionalista (PAR). Pero tiró por tierra las expectativas creadas tras su reciente entrevista en Valencia con Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat.

Entonces, Iglesias comentó que estaría dispuesto a ceder agua a la Comunidad Valenciana cuando se hubieran ejecutado las obras del pacto del agua suscrito por todas las fuerzas políticas de Aragón en 1992 y que prevé la construcción de cuatro pantanos para garantizar el suministro a todo el territorio de la región.

Jaume Matas, ministro de Medio Ambiente, aseguró el pasado día 12 en Zaragoza que el Gobierno central ejecutará de forma prioritaria las 32 obras pendientes desde entonces. Pero el PAR, que siempre ha mostrado una rotunda oposición a los trasvases, se expresó con vilurencia tras la visita de Matas.

Ayer, ante las Cortes de Aragón, Iglesias fue más allá de la oposición a cualquier tipo de trasvase y anunció que la comunidad reclamará las reservas estratégicas una vez concluidas las obras previstas en el pacto. El presidente fue explícito y asumió que su postura responde al hecho de que Aragón "se ha quedado atrás mientras otras regiones avanzaban". "Nuestra riqueza es el agua, si cedemos ese recurso fundamental para nosotros, habremos limitado la posibilidad de recuperar el tiempo perdido", añadió.

Iglesias aseguró, además, que "los expertos coinciden en que los trasvases no son rentables". El presidente se extendió en su argumentación: "Nadie nos contesta sobre la rentabilidad de un trasvase del Ebro al Mediterráneo. Todo el mundo dice que no salen los números. El regante de Murcia, de Alicante o de Valencia no puede pagar las transferencias de agua que se proponen. ¿Si no las puede pagar, por qué las vamos a hacer?". Como consuelo, Iglesias sugirió que la solución a los problemas de agua de la cuenca mediterránea pasan por desalar agua marina.

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