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Morisma ilustrada a través del desierto

La plaza de la Villa fue ayer punto de arranque de una vistosa marcha de moros. Faltaban los cristianos, al menos en atuendo. Convocaba el Club de Debates Urbanos, la Federación de Asociaciones de Vecinos, las asociaciones de Artistas Plásticos y No Nos Resignamos. La cita fue una velada festiva en protesta contra la política cultural del Ayuntamiento, cuya consecuencia, según estas organizaciones, es la transformación de Madrid en un desierto cultural. De ahí los varios centenares de intelectuales, profesionales liberales, universitarios y otros ilustrados, vestidos con atuendos propios de la morisma, para cruzar el centro del yermo, Puerta del Sol incluida. El Consistorio gastó el pasado año 4.057 millones en actividades culturales, según fuentes municipales.Turbantes, chilabas y sandalias ataviaban a mujeres y hombres, y a algún que otro bebé. Había incluso una odalisca con vaporosas gasas, un percusionista de Costa de Marfil y un flautista de azulada túnica. Los tres, más Ricardo Aroca, presidente del club, con un magno puro en los labios, abrían la marcha, que discurrió desde la sede del Ayuntamento, "donde reside el responsable de la desertización cultural", según el manifiesto promotor, hasta el Círculo de Bellas Artes, considerado por los asistentes como "nuestro único oasis".

Un camello, que fue apalabrado con un proveedor cinematográfico en 150.000 pesetas y que permanecía en las inmediaciones de la alcaldía en un furgón, no pudo ser desembarcado. La inicial negativa de la autoridad gubernativa, corregida luego, desconcertó a su dueño, el cual se negó a que participara en la marcha. "A los camellos de los Reyes Magos no les ponen tantas pegas", comentaba Marisa, una de las manifestantes, que lucía sendas cartelas en pecho y espalda.

Parejas de hecho

En la parte delantera podía leerse: "Pareja de hecho". En la posterior, una señal de tráfico con la prohibición de utilizar espadas y hachas contra los cónyugues y emparejados en general. La protesta trataba de expresar así el rechazo de los manifestantes a las recientes declaraciones del alcalde, José María Álvarez del Manzano, sobre los malos tratos domésticos, que él atribuía en mayor medida a las parejas de hecho que a los matrimonios. Por ello, los cristianos, en sentido figurado representados por el primer edil, no comparecieron en la fiesta de moros.

Todo discurrió con calma y divertimento, aunque la presencia de unos 70 agentes del Cuerpo Nacional de Policía fue considerada desmesurada por los convocantes. "No estamos aquí para reprimir, sino para custodiar la manifestación", explicaba un agente a Aroca. Por la calle Mayor, Puerta del Sol y calle de Alcalá, la marcha llegó al Círculo de Bellas Artes. Juan Miguel Hernández de León, su presidente, recibió un premio para su institución por ser albergue del Club de Debates Urbanos, que ayer celebraba también el solsticio de verano con danzarinas de vientre, laúdes sirios y darbukas. Fue premiado el Movimiento por la Dignidad del Sur, que lucha por reacreditar los barrios meridionales de Madrid. Pero el momento más curioso fue cuando Aroca otorgó un accésit al alcalde: "Por habernos aliviado", dijo, "con un respiro en sus desafueros con las calles en fechas previas a las elecciones". El alcalde, invitado pero ausente y honrado en efigie fotográfica, envió una carta en la que se excusaba por no manifestarse con ellos ("Es conocida mi poca afición a participar en manifestaciones en la vía pública, al menos mientras no se cree el tan necesario manifestódromo"), y mostró, con ironía, su deseo de "saludar a todas las parejas presentes, matrimonios o no, inclusive a personalidades no emparejadas".

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