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Tribuna:ASAMBLEAPREGUNTAS CON RESPUESTA
Tribuna
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La sesión fue una tómbola

Fue un trasiego de señorías. Un entrar y salir. Un desasosiego. La primera pregunta había metido la tarde en aguas. Los tertulianos de Tómbola, a los que se mencionó en alguna ocasión, hubieran dado cualquier cosa por participar en tan sesudo debate. Luego, todo se resolvió en la junta de portavoces, en la que cada uno lamentó lo del otro. Y aquí paz y después gloria.Pero había más asuntos en la sesión de preguntas de ayer, aunque estuvieran marcados por los colores de Telemadrid. El socialista Antonio Carmona, por ejemplo, aprovechó su pregunta sobre la salida de Terra de Madrid para echar un animoso cuarto a espadas por Cristina Almeida. No venía mucho a cuento. Pero demostró cintura parlamentaria y espíritu de compañerismo. Para evitar que otras empresas dejaran la región, Carmona dijo que se necesitaba un presidente "que viera menos la tele" y se preocupara de gobernar.

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Pero no todo fueron ayer malas palabras. Hasta el presidente de la Asamblea, Jesús Pedroche, tan estricto siempre con el tiempo, le dio "un minutillo más" a Julián Revenga (PSOE) para que explicara su petición de una nueva estación de metro en Pinar del Rey. Cuando Pedroche le advirtió de que el tiempo se le acababa, Revenga se quejó:

-Me gustaría que alguna vez me concediera un minutillo más...

-Lo tiene.

Tan sorprendido se quedó Revenga que sólo acertó a balbucear:

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-Gracias...

Y casi ni supo continuar.

Y es que Revenga había empezado bien. En su réplica al consejero Luis Eduardo Cortés, le dio las gracias por su tono mesurado y hasta amable. Y el consejero, al contestar, le dijo, como justificándose:

-Si es que yo a usted le aprecio mucho...

Lo que incomprensiblemente provocó alguna risita en sus señorías.

Si no hubiera sido por el rifirrafe entre Cristina Almeida y Ruiz-Gallardón, la sesión de ayer, última de este curso, hubiera sido modélica. Porque hubo hasta versos. La consejera de Servicios Sociales, Pilar Martínez, se llevó un libro de fábulas para contribuir al enriquecimiento cultural de los señores diputados. Y, de paso, para contestar a María Luisa Sánchez (IU), que se interesaba por la fuga de un acogido en la residencia Reina Sofía y, a la vez, por la plaga de "cochinillas de humedad" -cucarachas, vamos- que asolaba el edificio. Ambas cosas parece que no estaban relacionadas. Y así lo hizo saber la consejera. Si el ancianito se había ido, no era por su aversión a los dichosos insectos. Con lo que la pregunta debía tener otras intenciones. Sean cuales fueren, la consejera leyó la fábula de la urraca y la mona, de Tomás de Iriarte, escritor del XVIII.

La cosa va de una urraca que le enseña orgullosa a una mona todas las quincallas que ha ido coleccionando. La mona le replica que prefiere amontonar cosas útiles. Todo ello, en verso. La moraleja es que "el verdadero caudal de erudición no consiste en hacinar muchas noticias, sino en recoger con elección las útiles y necesarias", que Pilar Martínez tradujo en que el control del Gobierno no consiste en hacinar preguntas, sino en seleccionar las más útiles.

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