El juez llama a declarar al menor que viajaba en el furgón de inmigrantes
El juez de Fuengirola (Málaga) que se ha hecho cargo del caso de los 37 inmigrantes que viajaban hacinados en una furgoneta solicitó ayer a la Fiscalía de Menores de Málaga la comparecencia del menor que los acompañaba y que no fue devuelto a Marruecos aquella misma noche con los otros 36 norteafricanos. El joven Monsif, de 17 años, es el único que podría ayudar en la investigación y aportar datos sobre cómo llegaron y quiénes organizaron el viaje.
Fuentes judiciales aseguran que el menor ha sido llamado para que declare "antes de que pudiera ser expulsado a Marruecos". Se trataría de evitar lo ocurrido con sus 36 compañeros de viaje, que volvieron a su país de origen sin declarar sobre quién o quiénes organizaron la expedición, ni cuál era su origen y su destino. La instrucción del sumario pasó ayer por la mañana a José Manuel Rosa Pérez, titular del Juzgado número siete de Fuengirola, de guardia en el momento de la detención del furgón, a las dos y media de la madrugada del martes. Hasta ahora había llevado las diligencias el titular del Juzgado número uno, Francisco Escobar, de guardia en el momento en el que la Policía llevó a declarar por primera vez al conductor del furgón.
La Fiscalía de Málaga entiende que Monsif "es víctima de un delito y posible colaborador para su esclarecimiento". El juez instructor del caso de tráfico de inmigrantes ilegales cursó ayer un fax a la Fiscalía de Menores pidiendo su comparecencia como testigo.
El muchacho está desde la tarde del martes en la Escuela Hogar Virgen de la Victoria, un centro de atención al menor dependiente de la Consejería de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía. En la provincia de Málaga hay media docena de centros de este tipo, en los que en este momento residen en las mismas circunstancias de Monsif 52 jóvenes marroquíes menores de edad.
Una fuente de la Junta precisó que esos centros de atención al menor no son correccionales: "Estos muchachos no son delincuentes. Nuestra labor es de integración social, aquí no están encerrados, ni con un régimen cuartelero, ni disciplinario. Se trata de un colegio en el que hay un control". Monsif ha entrado en el programa inicial de estos internos, con clases de español básico para que pueda empezar a comunicarse. El joven, natural de Marraquech, tampoco habla un francés fluido. En el centro Virgen de la Victoria convive con otros 13 muchachos, entre ellos cuatro chicos de su misma nacionalidad.
La situación legal de estos menores de edad es clara: hasta la mayoría de edad están bajo la tutela de la Junta de Andalucía, que en teoría debe procurar el reagrupamiento familiar. En contra de los temores expresados por el juez que instruye el caso del tráfico de inmigrantes ilegales, no pueden ser expulsados.
La fiscal de menores de Málaga María Victoria Gutiérrez precisó que el reagrupamiento familiar "es una orientación legal, que no suele cuadrar con casos como éste". Los jóvenes en estas circunstancias no suelen dar datos y, en todo caso, las familias lo que pretenden es que los jóvenes sean una avanzadilla que permita después que vengan los demás.
Entre todos sus centros de atención al menor, la Junta de Andalucía acogió el año pasado a 192 magrebíes menores de edad. En un 20% de los casos, aproximadamente, los servicios sociales consiguieron la vuelta a casa de estos jóvenes. Si, como ocurre en ocsiones, la familia se desentiende de ellos, la Junta asume su tutela hasta la mayoría de edad, responsabilizándose de su escolarización. Es habitual, sin embargo, que se escapen de estos centros de acogida. Suele ocurrir en un 40% de los casos. "Se van y muchas veces vuelven a los tres días, cuando no encuentran recursos para valerse por su cuenta y pasan hambre", dice una fuente de la Junta de Andalucía.
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