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Clos busca en Toulouse contratos del nuevo avión Airbus para Barcelona

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, quiere acabar con el actual "vacío" de industria aeronáutica que existe en Cataluña. A pocas horas de que se anuncie dónde se va a ensamblar el futuro superjumbo Airbus A3XX -por el que pugnan Francia y Alemania-, Clos viajó ayer a uno de los hervideros aeronáuticos de Europa, Toulouse, con el objetivo de lograr contratos del nuevo avión para Barcelona. El alcalde viajó junto a representantes de empresas, universidades e instituciones ligadas al sector aeronáutico y aeroespacial.

"Lo que pretendo es que la industria aeronáutica se agrupe y haga lobby, para que se resuelva la anomalía que supone la ausencia de un sector puntero como éste en la proa industrial de España, que es Cataluña, una anomalía que se explica por razones políticas", declaró el alcalde después de una apretada mañana de visitas y contactos con las autoridades de Toulouse y algunos representantes de la industria aeronáutica local.En el caso del sector aeroespacial, las empresas de capital catalán se cuentan con los dedos de una mano: GTD, una ingeniería de sistemas con implantación en Guayana que provee al cohete Ariane 5 de sistemas informáticos de tierra; Mier Comunicaciones, que fabrica el receptor del satélite SMOS para medir la salinidad de los océanos; NTE, que hace bicicletas y aparatos para mantenerse en forma en el espacio; Gumix, que hace el revestimiento de caucho del cohete Ariane, y Ultramagic, que fabrica globos.

La visita del alcalde de Barcelona incluyó la fábrica de ensamblaje de Airbus, el parque temático Cité de l'Espace, la escuela ENAC y un encuentro en el Ayuntamiento con el presidente de la empresa aeronáutica Latecoere, François Junca, Antonio Güell, director del programa de asuntos industriales del Centro Nacional de Estudios Espaciales y Cesar Jové, director del Polo Universitario Europeo de Toulouse, entre otros.

Las razones políticas a las que aludió Clos tienen que ver con el desmantelamiento de empresas como Hispano Suiza o Elizalde, que fabricaban motores y aviones en Barcelona, al final de la guerra civil española. Frente a este desmantelamiento en Cataluña, Toulouse vivió en paralelo el proceso contrario: la industria aeronáutica fue descentralizada al sur de Francia como una decisión estratégica del Gobierno de París tras la II Guerra Mundial.

Así se despidió el alcalde de su homólogo de Toulouse, Dominique Baudis: "Queremos que uséis nuestra industria todo lo que podáis, y poder nosotros usar la vuestra para conseguir crear un incipiente sector aeronáutico en Barcelona".

La colaboración entre Barcelona y Toulouse ya ha empezado en el plano académico, mediante intercambios de estudiantes, que ahora se pretenden potenciar. El siguiente paso podrían ser subcontratos a empresas catalanas, principalmente para el equipamiento del nuevo superjumbo.

La formación de mecánicos de pista, de controladores aéreos, así como de ingenieros aeronáuticos -estos últimos sólo pueden estudiar en Madrid y, pronto, en Sevilla- es una de las piezas clave en la estrategia de Clos, que tiene como eje central reforzar el aeropuerto de Barcelona con servicios de mantenimiento para aviones. Actualmente, el aeropuerto de El Prat sirve sólo como pista de aterrizaje y de despegue, al carecer de espacio físico para el establecimiento de talleres.

Los nuevos servicios generarían a su alrededor toda una industria aeronáutica que hoy, en Cataluña, se reduce al mantenimiento de ultraligeros, helicópteros y aviones corporativos.

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