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EUROCOPA 2000La selección

Una remontada muy futbolera

Un acto de fe, de heroicidad, deja al final la estrategia en un asunto intrascendente

Ramon Besa

Un partido bien planteado, trabajado a conciencia y que ya se daba por mal resuelto acabó siendo un episodio épico. Un acto de fe, la heroicidad, el sentimiento, valores propios de los partidos sin vuelta, dejaron al final la estrategia en un asunto intrascendente. Mejoró el equipo de Camacho en la puesta de escena, se manejó con acierto en el intercambio de golpes y, sin embargo, cuando había madurado la contienda para ganarla se desenchufó para resucitar en el tiempo añadido con un remonte histórico, de gran plasticidad, muy futbolero, de aquellos que obligan a hablar del grupo, de la camaradería y también del azar.El apoteósico final enlazó con una buena declaración de intenciones. El partido tuvo tres actos muy distintos, pero contó siempre con el mismo hilo conductor, Guardiola, elegido mejor jugador del encuentro. Una vez que el rombo ha quedado desfasado, por demasiado exigente técnica y físicamente, Camacho ha empezado a tirar de los jugadores más en forma y a dosificar esfuerzos. Las entradas y salidas de futbolistas diferentes han cambiado el dibujo, y el volante de enganche ha dado paso a un segundo pivote. Jugó ayer Helguera junto a Guardiola, con un diestro como Mendieta por la derecha y un zurdo como Fran en la izquierda, y el equipo tuvo un juego equilibrado y racional.

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La baja de Hierro, en cambio, provocó desperfectos en la zaga, pues Paco estuvo tan impetuoso como descentrado, justo lo contrario de Abelardo. El carril derecho estuvo mal defendido por Michel Salgado, sobre todo en el primer gol, precedido por una aparición sorprendente del madridista por el flanco izquierdo del área yugoslava y una posterior pérdida de pelota. Mejoró, en cambio, el equipo por el costado izquierdo, donde Sergi profundizó, desbordó y tiró buenos centros, un caudal ofensivo mucho mayor que cuando actuó Aranzábal. Ofensivamente, mientras, Alfonso se mostró tan inútil en el entrejuego como decisivo en el remate, y Raúl perdió presencia con el transcurso del partido.

Un accidente ayudó a que el juego en la cancha ratificara la buena puesta en escena. En el primer ataque, Helguera habilitó a Fran, pero el campo se comió al gallego. Fue un síntoma de flaqueza que Camacho corrigió a la que al zurdo le abrieron la frente. Entró Etxeberria, Mendieta pasó a la izquierda, y el equipo recuperó la calma y el control, completando un final del primer acto muy interesante, presidido por el ímpetu de Sergi, explosivo en cada arranque. Camacho le dio otra vuelta de tuerca a la contienda en el descanso. Maltrecho Michel Salgado, dio entrada a Munitis como volante izquierdo, mientras Mendieta bajaba al lateral y Etxeberria actuaba como interior derecho. Fueron momentos de desconcierto, aprovechados por Godevarica para marcar. Munitis, sin embargo, se redimió acto seguido con un golazo.

Parecía el partido bien encarado cuando a la hora resultó expulsado Jokanovic. Camacho aprovechó la coyuntura para alinear a Urzaiz en detrimento de Paco. Y entonces el equipo se descompuso. Los jugadores extrañaron sus nuevos puestos: Helguera pasó desapercibido como segundo central y Raúl perdió presencia como volante de enganche. Jugaba demasiada gente por delante de la pelota, y los yugoslavos pasaron a dominar la escena pese a su inferioridad numérica. Camacho había lastrado al equipo con los cambios tanto como Michel Salgado con su error y Alfonso con su empeño en ser el protagonista.

Alfonso, al fin y al cabo, se salió con la suya. El mejor, sin embargo, fue Guardiola, pletórico desde el primer gol -el robo de balón fue suyo- hasta el último -el centro lo pintó el azulgrana, en la recuperación y en la elaboración, en la penuria y en la abundancia.

Camacho seguramente dispondrá la cuarta alineación diferente en el cuarto partido. Momentáneamente, con los cambios, ha ganado futbolistas en cada encuentro. Frente a Eslovenia recuperó, sobre todo a Mendieta y Abelardo, pues Cañizares y Alfonso no resultaron tan determinantes, y contra Yugoslavia redimió a Sergi y Helguera y, especialmente, se reencontró con Guardiola, que activió como nunca el circuito de juego.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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