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Los paraísos encontrados

A Ismael Serrano no le sorprendió que una multitud de jóvenes esperara en la puerta de su camerino para pedirle un autógrafo. Aquellos eran, como él los llama, los nuevos "cantaoyentes", las nuevas generaciones que siguen sus crónicas de la realidad y que se dejan seducir por sus historias. Y no le sorprendió porque para él, muchos jóvenes han vuelto la vista hacia la música con inquietudes poéticas, a la música que cuenta la realidad. "El público es muy heterogéneo. No es tan raro ver gente joven aquí", dice.Acababa de terminar un concierto de algo más de media hora en el pequeño auditorio de la Fnac de Callao. Allí, ante centenares de personas, seguidores acérrimos la mayoría, el cantautor madrileño presentó un adelanto de su tercer disco, Los paraísos perdidos. Le puso voz a la soledad de Madrid en verano, al mundo de los viejos gánsters y a la historia de dos chicos que roban el coche de sus padres para irse a ver el mar.

También se reconoció en un verso de Neruda que le dio vida a la canción de un hombre que a veces se cansa de ser hombre. Y mientras cantaba, los que no tuvieron la suerte de acceder al auditorio tuvieron que conformarse con mirarlo -no escucharlo- a través de un televisor gigante sin voz. "Jo, podrían ponerle volumen", se quejaba Carmen, una joven que ayer quiso presenciar la actuación de Ismael Serrano. Como ella, María, Eva, Asunción y Carlos también tuvieron que quedarse afuera. "Cuando llegamos ya era tarde. Había un follón enorme y no pudimos entrar. De todas maneras vamos a comprar el disco", contaron.

Mercedes, Sonia y Paula, las tres de 16 años, se declararon seguidoras de Serrano, sobre todo, por la guitarra. "Es que toca muy bien y las letras son de actualidad. Cuenta cosas muy bonitas", dijo Sonia. Ellas sí tuvieron el privilegio de presenciar el concierto, aunque decidieron salir antes porque el calor era insoportable. "Había demasiada gente. Era impresionante", explicaron.

Los que aguantaron hasta el final pudieron cantar, junto a Ismael, su canción más popular, Papá cuéntame otra vez, la historia de un joven que le pide a su padre que le cuente otra vez aquel olvidado Mayo del 68. "Con esta canción ya nos hemos acostumbrado a cerrar muchos conciertos", comentaba Ismael en el camerino, mientras afuera le esperaban los autógrafos. Como cuando presentó su primer disco, ha vuelto a sentir esa sensación de comenzar de la nada, de arrancar de cero. De hecho, dice, los nervios no dejan de estar presentes. La de ayer fue la primera estación en la andadura de su nueva creación musical. Un disco que de alguna manera simboliza, como decía el poeta Omar Jayyán, la búsqueda de los paraísos de cada uno.

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