Cuatro escollos para un difícil acuerdo

El acuerdo sobre fiscalidad alcanzado ayer debe pasar aún cuatro escollos de envergadura antes de tener una utilidad práctica. Los primeros problemas llegarán de aquí a diciembre, fecha tope para transformar el pacto de ayer en un texto de proyecto de directiva. Las distintas interpretaciones del ambiguo acuerdo de ayer provocarán sin duda bloqueos y crisis.El segundo escollo será la negociación con países terceros. La UE debe convencer a EEUU, Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Andorra y San Marino para que apliquen "medidas equivalentes" a las pactadas en Europa. Los Estados miembros con territorios dependientes o asociados (islas Anglo-Normandas, isla de Man y territorios dependientes y asociados del Caribe) se comprometen a promover la adopción de "las mismas medidas". Luxemburgo interpreta los términos "medidas equivalentes" y "las mismas medidas" como que se incluirá también el sistema de intercambio de información previsto en el acuerdo europeo.

El pacto de ayer reconoce explícitamente que la directiva no será aprobada "hasta que se hayan obtenido garantías suficientes" sobre la adopción de esas medidas en los citados países terceros. La directiva se votará por unanimidad.

Tercer escollo. Una vez se haya aprobado la directiva (antes del 31 de diciembre de 2002) entrará en vigor un periodo transitorio de siete años con un sistema mixto: obligación de informar o retención en la fuente (en Austria y Luxemburgo y quizá también Bélgica, Grecia y Portugal). Al final de ese periodo habrá una nueva votación, también por unanimidad, para decidir si se pasa al sistema definitivo: el intercambio de información. Cuarto escollo. El anexo reconoce que "de momento, y por razones constitucionales", Austria "no puede levantar el secreto bancario para los no residentes", por lo que podrá seguir aplicando la retención en la fuente.