El juez del 'caso Microsoft' envía al Supremo la propuesta de segregación, pero aplaza las sanciones
El juez Thomas Penfield Jackson, que dictó la segregación de Microsoft en dos compañías e impuso sanciones transitorias hasta que la sentencia sea firme, ha enviado el sumario al Tribunal Supremo de EEUU sin permitir su paso por el tribunal de apelaciones. De esta manera, el magistrado se alía nuevamente con las tesis del Gobierno de EEUU en un intento de que el proceso culmine con la mayor rapidez, aunque el Supremo puede llegar a corregir y enmendar esta decisión. A cambio, el juez aplaza las sanciones adicionales contra la empresa de Bill Gates. Para poder enviar el caso al Supremo sin pasar por el tribunal de apelaciones, el magistrado recurrió a una ley de 1974 que permite elegir ese camino cuando el proceso es de "importancia nacional", y así lo califica el juez en el escrito que traslada el proceso al más alto tribunal de la administración de Justicia. Según el juez, el caso debe ir por la vía rápida al Supremo "por la importancia que tiene para la economía de EEUU y para todos los consumidores".
Para el Departamento de Justicia, la vía rápida es un éxito esperado; para Microsoft es una victoria dulce porque la decisión viene sorprendentemente acompañada de un aplazamiento de las sanciones transitorias, a pesar de que fue el mismo magistrado el que las impuso.
Las sanciones deberían entrar en vigor a primeros de septiembre; en la práctica, su cumplimiento habría sido casi tan punitivo como la propia segregación. El juez estima la petición de la compañía y aplaza los castigos transitorios hasta que el supremo se pronuncie sobre el caso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.