La función biológica de la caseína
La función biológica de la caseína (sustancia albuminoidea de la leche que forma la cuajada), el derrumbamiento de los regímenes comunistas, ecuaciones matriciales, Ortega, El Aleph de Borges... "¿La selectividad? Es una putada y te cansas mazo", mascullaba ayer, al concluir la primera jornada de exámenes, uno de los supervivientes de la temida prueba. Y aún quedan dos días. Casi 30.000 estudiantes madrileños de COU y LOGSE comenzaron ayer los examenes de acceso a la universidad, con 51.125 plazas en juego y una única obsesión: no ponerse nerviosos.Con los carnés de identidad entre los dientes, varios pares de bolígrafos por cabeza y el eterno suspiro -"por favor, que caiga..."- en los labios, más de 13.000 adolescentes tomaron ayer el campus de la Complutense en la primera jornada de pruebas. "Aún no ha habido ningún desmayo, pero todo se andará. Eso sí, muchas carreras por los pasillos, mucho despistado que no encuentra su aula, muchas dudas de última hora. Lo de siempre", relataba un conserje de la Facultad de Derecho.
Y eso que, ayer, la mayor parte de los candidatos a engrosar las clases de las doce universidades de la región (seis públicas y seis privadas) hacían gala de su control y renunciaban a consultar los apuntes a última hora. "¿Para qué? Es mejor estar tranquilos, estudiar antes y relajarse ahora", explicaba David. "Ya, ya, es que hay mucho estudiante serio, pero también mucho pasota, ¿sabes?", desconfiaba una profesora concentrada en el movimiento de su abanico por el calor.
Las preferencias, de todo tipo. En Historia, los había que daban "un brazo" porque cayese el crack del 29 o "cualquier tema que no tenga que ver con Rusia"; en lengua, quienes estaban seguros de que este año saldría "alguien muerto en los últimos doce meses, Alberti, por ejemplo", o aquellos que expresaban un único deseo: "Lo que sea antes de 1936". Inglés parecía ser la materia que menos impone, y química, la que más. Pero en algo parecían estar todos de acuerdo: en filosofía, caería Nietzsche. "Fijo: es su centenario". Cayeron Ortega y Descartes. Criterio de profesores y capricho del azar, porque los exámenes de selectividad sólo acaban en manos del aspirante después de un complejo proceso de elaboración.
De cada materia, los docentes encargados elaboran ocho pruebas distintas, que son sorteadas por la comisión organizativa para dejar una sola, la definitiva, cuyo contenido se conoce sólo en el momento de abrir los sobres y repartir el papel entre los estudiantes. "Así no hay peligro de que el profesor que ha escrito el examen le cuente a algún amigo lo que va a caer", explica un docente de la facultad de Matemáticas. Las pruebas son rehechas y revisadas varias veces por sus autores antes y después del sorteo, lo cual convierte en difícil, que no imposible, que se cometan errores.
Ayer, uno de esos fallos de transcripción hizo que, en una tabla de datos del examen de Historia de LOGSE, una frase que debía ser negativa apareciese como positiva, y el porcentaje de analfabetos en España en el siglo XIX se convirtiese milagrosamente en "hombres y mujeres que sabían leer". El fallo fue rápidamente localizado, y los alumnos, advertidos.
'Chuletas' paternales
En cuanto al "copieteo", todos coinciden en que "es más fácil de lo que parece". Los estudiantes se sientan en pupitres corridos, separados por sillas vacías y con una botella de agua como única compañía. Pero la habilidad de cada cual consigue vencer cualquier obstáculo. Ana, que espera poder estudiar Publicidad, reconocía ayer tarde haber copiado íntegros los exámenes de Matemáticas e Historia de sendas chuletas elaboradas por su padre. Un profesor relataba que había escuchado a dos amigas comentar el texto de apoyo que una de ellas portaba escrito a lo largo de su pierna izquierda, bajo la falda.
Aunque las chuletas también tienen sus riesgos. Una hoja olvidada a última hora en uno de los lavabos de la Facultad de Biología contenía la siguiente cronología histórica: "1812, Constitución de Cádiz; 1837, Saluciano Olózaga; 1854, Espartero; 1868-1874, sexenio revolucionario; 1931... Restauración Borbones".
60/40, ¿defecto o virtud?
Una de las novedades de la selectividad este año es que la nota del bachillerato cuenta más que la de los exámenes de acceso, un 60% frente a un 40%. En principio, este cambio favorece a los estudiantes, ya que otorga más peso a cuatro años de estudio que a tres días de nervios. Pero algunos profesores alertan contra el engaño que, según ellos, encierra tal medida."Primar tanto el expediente puede beneficiar más a los alumnos que proceden de centros en los que se inflan las notas curso tras curso. El único momento en el que todos se examinan en igualdad de condiciones y con total anonimato es durante las pruebas de selectividad", explica un profesor de la facultad de Matemáticas, que asegura que, si se aplicase la medida a los resultados del año pasado, los únicos beneficiados serían aquellos estudiantes que "en selectividad bajan mucho". "Quizá no sea casual", sentencia.
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