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El Gobierno cree que sólo se trata de "vender mercancía falsa"

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno central cree que la nueva ronda de contactos del lehendakari, Juan José Ibarretxe, con los partidos para formar otra mesa de diálogo en Euskadi "sólo sirve para vender mercancía falsa, para enredarse en cuestiones de método y no afrontar el cambio de rumbo" que el presidente, José María Aznar, reclamó al PNV en su intervención en La Moncloa de hace diez días.Un "cambio de rumbo" que Aznar resumió en el abandono por parte del PNV de la estrategia de Lizarra y su regreso al consenso del Estatuto de Gernika para terminar con la legitimidad que el nacionalismo democrático está dando a ETA.

"Si el lehendakari expresa su voluntad de regresar al consenso del Estatuto, que es la clave, las cuestiones de método, como el foro de partidos, se resuelven en dos minutos", reiteraron ayer fuentes de La Moncloa.

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El Ejecutivo sigue con "preocupación" y "cautela" los movimientos del lehendakari. Con "cautela", para no arruinar la entrevista concertada para pasado mañana, jueves, entre Aznar e Ibarretxe en La Moncloa, por lo que la dureza de las críticas se la ha dejado a los dirigentes del PP vasco. Con "preocupación", porque teme que la creación de la nueva mesa de diálogo valga al PNV "para atrincherarse, ganar tiempo y evitar dar el cambio que se le pide, el abandono de Lizarra".

Sólo en Durango

"Hasta el momento, el PNV sólo ha roto su acuerdo con EH en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya). No ha dado ningún paso más después de que algunos de sus más significativos cargos públicos anunciaran la ruptura con EH y Lizarra", insisten en La Moncloa.

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El Gobierno está convencido de que las formaciones no nacionalistas deben mantener la presión sobre el PNV para que cambie. En este sentido, cree que es una "táctica equivocada" del PSE la de acordar un foro de partidos con cierta rebaja de exigencias para su participación, como "el rechazo de la violencia" en vez de "la condena de la violencia" o la exigencia de "aceptar la legalidad vigente", más ambigua que "la aceptación del Estatuto".

Pero en La Moncloa no preocupa tanto el juego de palabras. A fin de cuentas, los aspectos pactados por el PSE y el PNV no los aceptan los demás partidos, a excepción de IU y UA, con lo que la mesa no va a ser operativa en esas condiciones. Lo que preocupa, sobre todo, es "el movimiento táctico" que han efectuado los socialistas. "Tiene el efecto negativo de rebajar la presión sobre el PNV en un momento decisivo y abrir además un camino de ambigüedades sobre los propios contenidos de esa exigencia", se precisa.

Lo "decisivo" del momento viene dado por la próxima entrevista de Aznar e Ibarretxe. El presidente ha emplazado al lehendakari a que el jueves exprese su actitud ante el reclamado "cambio de rumbo" del PNV.

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