El boicoteo del PP y las reticencias de EH impiden a Ibarretxe crear su foro de diálogo

Todos los partidos, salvo el PP, que boicoteó la nueva ronda de consultas desarrollada ayer por el lehendakari, expresaron su adhesión al diálogo como método para avanzar en la pacificación de Euskadi. Sin embargo, la disposición para otros acuerdos no fue más allá. El PSE pidió a Juan José Ibarretxe que haga un esfuerzo por atraer al PP a la futura mesa y EH condicionó su presencia a que se incluya a Navarra y el País Vasco francés. El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, cree que en la actual situación, con EH en una posición "dogmática cerrada" y el PP instalado en el no, es inviable la mesa de diálogo.

Con estos condicionantes, el propósito de Ibarretxe de promover una mesa de diálogo que integre a las fuerzas que se quedaron fuera de Ajuria Enea (EH) y Lizarra (los partidos no nacionalistas) sigue siendo de incierto cumplimiento. Las variaciones fueron ayer de matiz. Si en las anteriores rondas del lehendakari las fuerzas reticentes a participar en ese foro eran PP, UA y el PSE, debido a la alianza nacionalista establecida durante la tregua, el escenario ha cambiado ligeramente tras la aprobación, el viernes en el Parlamento vasco, de una propuesta socialista, con los votos del PSE, PNV, IU y UA. En ella se instaba a Ibarretxe a iniciar un proceso de contactos que desemboque en una mesa de diálogo, en la que todos rechacen la violencia y respeten las reglas de juego democráticas.El debate del viernes registró uno de los más claros distanciamientos entre el PNV y EH desde que Ibarretxe dio por roto su pacto parlamentario a raíz del asesinato de Fernando Buesa, el 21 de enero de este año, aunque ambos partidos hayan dejado abierto el diálogo. Además, dejó entrever un nuevo campo de juego en el que PNV y PSE tienen más margen de maniobra para tender puentes y romper la incomunicación de los dos últimos años. Una aproximación de posturas matizada que ha llevado al PP a acusar a los socialistas de "traicionar" la Constitución y el Estatuto.

El 'plan Ardanza'

Arzalluz, tras reconocer que se ha acabado una etapa, dijo que el "mínimo de los mínimos" para crear un foro de diálogo es el plan que Ardanza propuso en el Pacto de Ajuria Enea y fue rechazado por el PP. Consciente de la dificultad de aglutinar a todos los partidos por las negativas de EH y del PP, que "se encuentran fuera de este juego", apostó "por tirar adelante con los que estamos" para conseguir la normalización. Arzalluz separó la prioridad de la paz de la construcción nacional. "No obstante, creo que no hay solución si no llegamos a alguna fórmula de reconocer que la soberanía reside en los vascos", dijo.

EH fue ayer la fuerza más reticente a un foro que sustituya a Lizarra. Su portavoz, Arnaldo Otegi, tras una reunión de más de tres horas, dijo que "no hay motivos para buscar sucedáneos al Pacto de Estella", y recordó que este acuerdo está abierto "al conjunto de las fuerzas de Euskal Herria". Aunque no cerró explicitamente la puerta a participar en un foro sólo de las tres provincias vascas, precisó que "no serviría" para la normalización política "porque estamos ante un conflicto global". "Sin Navarra e Iparralde [País Vasco francés]", insistió Otegi, "no tendría futuro". En cualquier caso, el requisito de rechazar la violencia de ETA sería un obstáculo difícil de solventar por EH.

El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, prefirió no hacer declaraciones. Después de una hora de conversación, abandonó la sede de la presidencia de forma discreta, sin pasar por la sala de prensa. Fuentes del PSE indicaron que Redondo pidió al lehendakari que trabaje para conseguir que el PP se siente en el futuro foro y que, además, los partidos cumplan con el mandato aprobado el viernes en el Parlamento vasco: respeto a las reglas del juego democrático.

La presidenta de EA, Begoña Errazti, planteó a Ibarretxe la puesta en marcha de dos mesas separadas, una para Navarra y otra para Euskadi.