Buen provecho
Ya no es fácil disfrutar de convocatorias de sabor añejo. La organizada para anunciar el fallo del XXXII premio de novela Ateneo de Sevilla (que ganó el escritor de Andreu Martín) lo logró. Entre un plato y otro, los organizadores repartieron obsequios a los comensales, entre los que hallar un escritor resultaba tarea más azarosa y complicada que darse de bruces con un dueño de stocks-options entre los domingueros de Matalascañas.Lo de los obsequios fue lo mejor de lo mejor. Un detalle clásico. Como los de antes. Entre la grey masculina (o mejor caballeros) distribuyeron la novela del escritor Félix Bayón Un hombre de provecho, ganadora de la trigésima edición. A las mujeres (¿seremos aún damas?) nos repartieron el libro de recetas de cocina de Simone Ortega y una novelita corta titulada La aventura increíble, de Carolina-Dafne Alonso-Cortés. Increíble pero cierto. A las clásicas nos gustó, no hay como un buen libro de cocina para ampliar horizontes, pero en general la distinción sentó mal entre las nuevas generaciones que militan en la @.
Algunos varones de la mesa 35 comenzaron a mendigar un ejemplar de recetas rápidas, mientras las mujeres clamaban contra la injusticia de que unos se llevaran Un hombre de provecho y a otras las despacharan con un que aproveche. Total que entre unos y otras se intercambiaron textos y callaron las quejas. Peor lo tuvieron las parejas, que recibían el lote de libros en régimen de gananciales. Entre el follón de la salida una se quedó con ganas de saber qué pensarían Amalia Gómez y Soledad Becerril de la cultura de género.
La cena literaria con menos escritores del mundo, en recreación libre de lo dicho por la concejal de IU Paula Garvín (autora de otra frase célebre, al creer que la sentarían junto a cargos del PP: "Huy, una mesa-pinza"), contó con nutrida representación de la corporación sevillana: Isabel Guerra, Rafael Carmona, Luis Pizarro José Gallardo y el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, entre otros. Había una razón de peso: el nuevo presidente del Ateneo de Sevilla, Enrique Barrero, es el jefe de la asesoría jurídica municipal. Su próxima gran tarea será organizar la cabalgata de Reyes. Podría animarse a dar una sorpresa y designar a tres reinas magas que repartiesen provecho sin distinción de género.
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