Un cortocircuito deja a 800.000 personas sin luz en Baleares durante horas

Toda Mallorca paró ayer a la fuerza al quedar sin corriente eléctrica por un cortocircuito, un fallo menor, que quemó un transformador de una estación intermedia de la red eléctrica insular. El apagón afectó también a un tercio de la isla de Menorca. Mil llamadas de emergencia en dos horas, dos decenas de atrapados en los ascensores y dos heridos graves en atropellos por falta de semáforos son las cifras que resumen la situación. La empresa responsable que monopoliza la producción, el suministro y la venta de energía, ENDESA (su filial agregada GESA), entonó un mea culpa: "Es un día triste que cuestiona el sistema", dijo su presidente, Bartolomé Reus. Mallorca retrocedió en un segundo del siglo XXI al XIX. Casi nada funcionó.La grave incidencia, cuyas repercusiones económicas y técnicas en los sistemas no se han evaluado, ocurrió a plena luz del día, a las 11.24 horas, y sobrevino por toda la isla el desorden. Se extendieron la confusión, la extrañeza y la perplejidad entre residentes y turistas. No había luz y nada automático rodaba. La paralización afectó a buena parte de la actividad comercial y administrativa, y sobre todo desencadenó atascos de tráfico en Palma de Mallorca. Teléfonos y ordenadores se bloquearon.

Los hospitales, el aeropuerto y los grandes centros comerciales, respondieron al fallo con sus grupos electrógenos. Sin embargo, hubo un cúmulo de problemas individuales y comunitarios que, sumados, resultaron en algún momento agobiantes. No se dieron incidentes graves, pese a que 800.000 personas quedaron implicadas de alguna forma en esta situación que evidencia la fragilidad de la red. Problema que se acentúa porque el archipiélago dispone de una red eléctrica independiente que no está conectada a la red nacional.

En la isla de Mallorca, por zonas, este apagón diurno se prolongó entre hora y media y más de cinco horas, durante el mediodía y la tarde. Para la pasada noche y madrugada se anunciaron interrupciones parciales por sectores, para poder afrontar la demanda en su punto alto, debido a una repercusión grave de la avería inicial en dos de los cuatro grandes generadores de la única gran central, ubicada en Alcúdia. El cero total del sistema, como se define el fallo en el argot de los técnicos, fue provocado por un cortocircuito interno en un transformador de tensión de la subcentral del Llubí.