Te amo en la globalidad GUILLEM MARTÍNEZ
Un globo, dos globos, etcétera. El término globalización cae bien. Supongo que porque a) globalización recuerda la palabra globo. Un globo nos recuerda a mamá. Mamá nos trajo a la ciudad y nos compró un globo. Cuando el globo explotó, lloramos y mamá nos dio un beso. En una arruga de nuestro cerebro está ese globo que en realidad era una explosión, es decir, un beso. También cae bien porque b) la palabra entra dentro del pack de palabros entorno Mendiluce / all you need is love. Globalización es aquí una palabra chachi-piruli que, junto a los conceptos solidaridad, mestizaje y música étnica, dibuja un mundo con un buen rollo que tira de espaldas. El problema es que quizá el palabro globalización sea todo lo contrario a todo eso.¿Quién me pone la pierna encima? La globalización es una tendencia de uniformización mundial que arranca de una revolución tecnológica sin precedentes. La globalización impone en todo el planeta no el contacto entre el planeta, sino una cultura y una economía. La globalización es un cambio de cultura sin precedentes. El cambio consiste en que, por primera vez en la historia de la humanidad, la cultura humanista no es necesaria. Joanot Martorell, Cervantes o Chiquito from the Calzada no son importantes. No existen en el centro emisor de la globalización, donde, por cierto, existe Bill Gates pero no Shakespeare. Es curioso, pero la globalización está siendo más digerida y prevista por la derecha que por la izquierda. No se vayan, amigos.
Sobre lo que no se puede hablar, uno no deja de enrollarse. Ejemplos. Aquí mismo, en esa región de la globalización llamada Europa, España o Cataluña -da igual, en la globalización esas tres entidades importan -una higa-, sólo la derecha se ha preocupado por el caso de la cosa. Pujol, hace cuatro días, lanzó su malestar por el hecho de que -sic- "la globalització no es bona per Catalunya". Algo incuestionable. Con el proceso de globalización, todas las culturas del planeta que no participen de la cultura que lo globaliza todo -emitida en periodo de pruebas desde Oregón- se van al garete o quedan reducidas a curiosidades gastronómicas. Pujol fue contestado por varios articulistas progres riéndose de Pujol porque no podía imaginar una Cataluña abierta al mundo, elis-elis. Lo cual, snif, es muy posible. Pero es que el problema es otro: con la globalización, las identidades colectivas se reducen a una. Lo cual traerá muchos problemas de identidad. Posiblemente desesperados. Es decir, violentos. Suena a chiste, pero en un futuro ficticio, se puede imaginar el chiste de ETA, Sáenz de Ynestrillas y Mayor Oreja unidos en un organización que defienda el marmitako y la tortilla de patatas ante la globalización anglosajona. Otra de Pujol: recientemente la Gene anunció la supresión de las pruebas de literatura en la enseñanza secundaria. Algunos articulistas progres volvieron a optar por el tema del això no és maco, cuando en realidad se trataba de evaluar la primera propuesta en el sistema educativo peninsular que tenía en cuenta la globalización. Una propuesta que valoraba la cultura informática por encima de la humanista. Nadie dijo nada al respecto. Quizá porque nadie sabe lo que pasa y eso es lo que pasa. Y lo que pasa es que ante la globalización todos los no emisores de globalización somos indios guatemaltecos: disponemos de una cultura milenaria, pero no sirve para nada. Y además, snif, no mola.
Lo que pasa es posiblemente lo que pasa. Recientemente ha aparecido un libro -Mercedes Odina, La aldea irreal, la sociedad del futuro y la revolución global, Aguilar- que es un inventario de información, paradojas -es decir, otra vez información- y deducciones del gran cambio que supone la revolución científico-teconológica esa. Quedo con Mercedes Odina. La globalización. "Es lo mismo de siempre. Es el punto de vista occidental. En el siglo XXI es el mundo desde la ciencia y la tecnología occidentales". ¿La izquierda tiene un discurso al respecto? "La izquierda y la derecha son conceptos de la revolución industrial, no de la tecnológica". "La izquierda está trasnochada, evalúa problemas planteados en el 68". "La izquierda desaparecerá. Aparecerán movimientos con ideas procedentes del humanismo y del progresismo. Su fundamento no será la masa, sino el individuo". Lo políticamente correcto. "Es la moral de esta revolución global. Es una faja victoriana que comparten la derecha y la izquierda". "Un tacón de aguja es políticamente incorrecto". ¿El periodismo está al quite? "Estamos informando de cosas que importaban en el 68. La gran noticia de este siglo, que el genoma humano será privado, no apareció en la portada de ningún diario". "Los mejores periodistas de hoy son los humoristas: relacionan paradojas". "La paradoja es la descripción del orden actual". Pues je, je.
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