El puente de Esparreguera no respetó normas de seguridad frente a las riadas

La ampliación del puente de la carretera Nacional-II en Esparreguera, que el pasado sábado se desplomó a causa de las lluvias y provocó la muerte de dos jóvenes que en aquel momento circulaban por él, se hizo sin tener en cuenta los cambios introducidos en la normativa tres años antes. La aplicación de la nueva normativa hubiera elevado la capacidad del viaducto ante las lluvias de 178 a 223 litros por metro cuadrado al día.El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Cataluña señaló ayer que en las obras ejecutadas en el controvertido puente no se aplicaron las nuevas normas porque se trataba de una ampliación y no de construir uno nuevo; por tanto, "debía someterse a las mismas condiciones".

Los cambios en la normativa se produjeron en 1987, tres años antes de la ampliación del puente que se hundió el sábado. El viaducto cumplía la legislación anterior a 1987, que sólo obligaba a resistir la mayor avenida previsible en un periodo de 100 años, mientras que en la actualidad se tiene en consideración un plazo de 500 años, por lo que la resistencia de los puentes es mayor.

Los ingenieros, sin embargo, sostienen que aunque se hubiesen aplicado esos cambios en la ampliación del viaducto, no habría servido de nada porque ese día cayeron en dos horas 260 litros por metro cuadrado. Los responsables del Colegio de Ingenieros de Caminos no creen necesario modificar la normativa de nuevo ni revisar los puentes construídos antes de 1987 en Cataluña.

Por otra parte, el análisis del pilar central del puente de Magarola da pie a una hipótesis técnica que justificaría la caída de la plataforma por una combinación del movimiento de la base de la columna y un fallo de construcción. La corrosión de la columna, según diversos técnicos, no se puede deber sólo a los materiales, sino que podría tratarse de una columna con alguna grieta por la que se habría filtrado agua antes de la lluvia del sábado hasta oxidar la armadura de hierro interior.

Petición a Defensa

Por otra parte, una unidad de pontoneros e ingenieros del Ejército de Tierra se trasladará en las próximas horas hasta la población de El Vendrell (Tarragona), una de las más afectadas por las inundaciones que afectaron a la zona central de Cataluña el pasado fin de semana. Los soldados colaborarán en la reparación de las infraestructuras dañadas en la población. La ayuda de las unidades militares responde a una petición que realizó el alcalde de la población, Benet Jané (CiU), a la delegada de Gobierno en Cataluña, Julia García Valdecasas, que trasladó la solicitud al Ministerio de Defensa. Los efectivos militares, procedentes de la base de Zaragoza, se ocuparán de habilitar dos pasos provisionales entre las poblaciones de Calafell y el barrio de Sant Salvador de El Vendrell. Los soldados levantarán dos puentes, de 70 metros de longitud, cada uno en un sentido de la marcha que unan los dos municipios vecinos, ahora separados por los daños causados por las inundaciones.

La delegada de Gobierno recordó que el Ministerio de Defensa ya ha mostrado su disposición a ayudar en las tareas de reparación de las zonas más afectadas por las inundaciones.