Movilización para evitar males mayores

Algo se mueve. Durante mucho tiempo, las únicas actuaciones públicas y visibles de los profesores han sido las de los interinos en las calles pidiendo que les conserven un puesto de trabajo. La semana pasada, por vez primera en mucho tiempo, un grupo de profesores se ha movilizado en defensa de algo más. 34 docentes del Instituto de Enseñanza Secundaria María Bellido de Bailén (Jaén) suscribieron un documento de cuatro folios en el que hacen un repaso a la situación de la educación en los centros de enseñanza secundaria. Para los manifestantes del Manifiesto de Bailén, que ya ha sido firmado por otro claustro y ha comenzado a rodar por diversos institutos andaluces, "un sector de alumnos se está maleducando ante la impotencia de un profesorado que, por no disponer de los medios necesarios, ha de inhibirse por propia seguridad". Para motivar y atender como se merecen a los alumnos inadaptados, este manifiesto solicita a los gobernantes más "educadores, rehabilitadores, trabajadores sociales, psicólogos". A estos dirigentes políticos se les acusa, "bien por inhibición o bien por intervención interesada", de favorecer la degradación de la enseñanza pública. Consecuencia de este olvido en el que está cayendo la educación pública, consideran que la antigua división entre quienes estudiaban el bachillerato y quienes no, pasará a tomar como referencia "quien estudia en un centro público y quien lo hace en uno privado".

Entre tanto, el manifiesto reconoce que "falta un eficaz sistema de apoyo y de asesoramiento del profesorado" y que "falta una verdadera intención educadora en la que quede preservado el principio de autoridad y de responsabilidad (también para alumnos y padres). En nombre de la tolerancia -continua el texto- se ha sucumbido en una permisividad peligrosísima que la sociedad habrá de pagar". Los profesores reconocen que se encuentran obligados a "atender con exclusividad la apariencia oficial, pero no queda tiempo para la organización de actividades y elaboración de materiales didácticos". Estos docentes consideran una "patraña estúpida airear tanto el llamado fracaso escolar", porque opinan que lo que verdaderamente "se está produciendo es un fracaso político y social". El escrito insiste en que "la falta de calidad de la enseñanza no se debe a ninguna clase de absentismo, inhibición o falta de capacidad del profesorado". Y concluye: "Las jóvenes generaciones se merecen mejor suerte".