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Entrevista:RAFAEL SANZCARTÓGRAFO

"El crecimiento de Madrid enseguida deja antiguo el callejero"

Madrid está lleno de pasos perdidos: son los que se malgastan buscando una calle. Para orientarse en Madrid, no basta con aplicar la regla de que a la derecha están los números pares y que la numeración de las calles comienza desde el extremo más cercano a la Puerta del Sol. Es mucho más rápido y fiable recurrir a un callejero, propio o del taxista más cercano, aunque, tal como está el tráfico, no conviene crispar a los conductores con preguntas parecidas a las de los concursos millonarios de televisión. El callejero más reciente de Madrid es obra de Rafael Sanz, un cartógrafo con más moral que el Alcoyano, pues ha necesitado tres años para dibujar, trocear e identificar sobre un plano cerca de 10.000 calles que tiene Madrid y las que conforman otros 20 municipios de la región.Pregunta. ¿Ha tenido que patearse las calles una por una?

Respuesta. Afortunadamente, no; se trabaja a partir de los planos que facilita cada Ayuntamiento. Con el ordenador se escanean y después hay que ir anotando toda la información complementaria, como los números de las calles o las paradas de metro y autobús. Más laborioso resulta hacer las cuadrículas y apuntar el índice de cada calle. Es como el juego de los barquitos: C-4, E-5...

P. Eso deja tocado a cualquiera.

R. Bueno, es mi trabajo. Además, la cartografía es una cosa imprescindible para moverse por el mundo. Lo que ocurre es que es una tarea muy lenta. Yo no imaginaba que fuera a tardar tres años en terminar el callejero.

P. ¿Cuál es el nombre de calle más curioso?

R. Me hizo gracia saber que hay una calle que se llama Tintín y Milú, cerca de la Alameda de Osuna, aunque en otros pueblos también tienen ya una calle de Zipi y Zape o Mortadelo.

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P. ¿Su familia y sus amigos recurren a usted para moverse por Madrid?

R. Alguna broma me hacen, pero no les soy útil, porque es imposible aprenderse el callejero de memoria. Sólo me acuerdo de curiosidades como, por ejemplo, de la calle más corta de la ciudad. Se llama Rompelanzas y está entre Sol y Callao. Algunas veces acierto con la zona, porque muchos barrios tienen calles con nombres temáticos: vírgenes, minerales, etcétera...; pero tampoco es una regla demasiado fiable.

P. ¿Son más sencillas para orientarse las ciudades con calles que no tienen nombre, sino número?

R. Supongo que sí, aunque eso sólo pueden hacerlo en lugares con grandes avenidas paralelas y perpendiculares, como ocurre en Estados Unidos. Aquí se podría hacer eso en el barrio de Salamanca.

P. Después de este callejero, ¿cuál será su próxima tarea como cartógrafo?

R. Hacer otro, actualizado, el año próximo. Al ritmo que se construye en Madrid surgen nuevas calles constantemente.

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