Mayor dice que el Gobierno no quiere mafiosos italianos en España
"No queremos a los mafiosos italianos en España". El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, admitió ayer la gravedad del problema planteado por la negativa de los tribunales españoles a entregar a los mafiosos italianos condenados en rebeldía en su país. Al término de la primera jornada de la cumbre hispano-italiana de Nápoles -presidida por los dos jefes de Gobierno, José María Aznar y Giuliano Amato-, Mayor expresó la voluntad de ambos países de solucionar este problema.
"La cooperación policial es máxima, pero no suficiente, y confío en que los ministros de Justicia encuentren los cauces para desbloquear esta situación que nadie desea y que a nadie beneficia", dijo el titular español de Interior, tras reunirse con su colega italiano, Enzo Bianco, en la sede de la Prefectura, donde tuvieron lugar los encuentros bilaterales. De este modo, Mayor Oreja trasladó a los respectivos responsables de Justicia la responsabilidad de buscar la fórmula para solucionar el problema. La policía española ha anulado, siguiendo el dictamen del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, más de un millar de órdenes de busca y captura contra mafiosos condenados en Italia sin que comparecieran en los juicios. Tres recientes sentencias del Tribunal Constitucional han avalado la posición de la fiscalía al denegar la extradición de los mafiosos, por considerar que los juicios en rebeldía no respetan el derecho a la defensa.
"Nunca hay que minusvalorar esta laguna y yo, desde luego, no voy a hacerlo", respondió Mayor, preguntado por el riesgo de que esta situación genere un santuario de impunidad para los mafiosos. Y aseguró que desde su ministerio se han adoptado medidas para evitar que la presencia de delincuentes italianos en España genere un problema interno. Paradójicamente, hasta que lo destapó EL PAIS, este problema había pasado desapercibido en Italia.
Para buscar una solución, el secretario de Estado de Justicia, José María Michavila, se entrevistó recientemente en Londres con su homólogo italiano, en el marco del Acuerdo de Schengen, y hoy, al término de la cumbre napolitana, está previsto anunciar la constitución de un grupo de trabajo para instrumentalizar una solución.
El encuentro entre Amato y Aznar se vio afectado indirectamente por la delicada situación interna de la coalición que gobierna en el país anfitrión. Así, un Amato furioso por la nueva crisis de liderazgo abierta en el centro-izquierda, suspendió la comparecencia ante los medios de los dos jefes de Gobierno. La única información del contenido de la entrevista entre ambos mandatarios, la dio el portavoz del Gobierno español, Pío Cabanillas. Aseguró que en el encuentro Amato-Aznar no se mencionó el asunto de los mafiosos ni tampoco el interés de España por recabar la ayuda de Italia para lograr su incorporación al G-7.
La cumbre se clausurará hoy en el Palacio Real, sede de varias exposiciones que reivindican la presencia de los borbones en el sur de Italia, hasta ahora denostada por la historiografía oficial. Está previsto que su más ilustre descendiente, el Rey de España, acuda a Nápoles con este motivo.
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