Decir "buenos días" o una de John Ford

Ring. Llamada de Escocia. Mónica lleva varios meses fuera de España haciendo un master en una universidad británica. Risas, alegrías del saludo, noticias de última hora y la pregunta que corta la melodía del encuentro: ¿estás contenta? Silencio. Como cuando John Wayne sube la colina galopando en busca de los indios. Llega hasta arriba, divisa a lo lejos el campamento enemigo y se prepara para atacar."Lo que más echo de menos de España es la alegría; aquí, nadie te dice buenos días, buenas tardes o un simple ¡hola!". Después de animarla y de decirle que ya ha luchado muchas veces con los indios y que el protagonista siempre acaba bien, pensé que a veces se nos olvida que en esta vida se puede sonreír, se puede decir buenos días al conductor cuando picas en el autobús o contestar cuando te abren la puerta del ascensor con un simple "gracias". No cuesta nada, pero cuánto vale.

Como todo en esta vida, se valoran las cosas cuando no se tienen. Se va la luz repasando un final de física, se corta el agua con el pelo enjabonado o se estropea la tele a las 20.30, antes de empezar el partido de la Liga de Campeones. Cuando nos ocurre todo esto, nos damos cuenta de que somos ricos, que tenemos muchas cosas y vivimos mereciéndolas.

¿Nos tendrán que llamar del extranjero para darnos cuenta de lo importantes que son las personas que nos rodean y lo poco que hacemos que valgan cuando nos comportamos como indios? A ver si seguimos siendo la envidia de los extranjeros por nuestros "buenos días", "buenas tardes", "por favor" y "gracias", y no vuelve a pasar lo que me contaron el otro día. Autobús 81, 7.45. "Buenos días", se dirige al conductor, pica, va en busca de un asiento entre más de 25 ejecutiv@s bostezando y escucha: "Muchas gracias; de todos los que han subido, ninguno me ha saludado".- Lourdes Ivorra López. Valencia.