"A ETA le importa un rábano que el próximo 'lehendakari' sea del PP"
Con la claridad que le caracteriza, con la firmeza que ha acreditado, Juan María Atutxa, presidente del Parlamento vasco, constata que la mayoría del PNV siente que todavía no ha tocado con los dedos "la posibilidad de resolver el problema de la violencia". Porque nada de lo que ha hecho ha servido para convencer a ETA de que deje de matar.Pregunta. ¿ETA está persiguiendo, de forma deliberada y perversa, que el PP gane las elecciones en Euskadi y así tener enfrente un lehendakari de ese partido?
Respuesta. A ETA le estamos concediendo excesiva capacidad de reflexión y de marcar estrategias si vamos tan allá. Ahora bien, les importa muy poco que el próximo lehendakari sea del PP, y eso lo han dicho ellos mismos. Así que a ellos, que dicen ser los libertadores del pueblo vasco, asesinando, parece ser que les importa un rábano que el lehendakari deje ser nacionalista y sea del PP. ETA hace lo que sabe hacer desde hace 30 años, con sólo una interrupción importante mal gestionada por otros: siempre trata de amedrentar y de someter a la ciudadanía a sus postulados.
P. ¿El PNV ha interiorizado que, como usted dice, ETA sólo sabe matar y que ningún avance político para el autogobierno de Euskadi, ningún acercamiento del nacionalismo democrático a HB ha servido ni sirve para que deje la violencia?
R. El acercamiento, de inmejorable voluntad, llevado a cabo por el Partido Nacionalista Vasco y por otras formaciones ha hecho que nada sea igual que antes. Pero no cabe duda de que las pretensiones no han sido logradas, y cuando uno no logra sus aspiraciones en cierto modo tiene que sentirse fracasado. Absolutamente nada de lo que se ha hecho y de lo que se ha trasladado a ETA y a sus aledaños ha sido capaz de convencerlos de que ése no es el camino. Por tanto, en la parte que me corresponde, me considero fracasado.
P. ¿Percibe usted en Arzalluz la opinión que, al parecer, va haciéndose mayoritaria en el PNV: que el Pacto de Estella ha quedado invalidado por la violencia?
R. En la medida en que van ocurriendo acontecimientos desgraciados, como el asesinato del domingo en Durango y una serie de manifestaciones de ese mundo de ETA, el PNV cada vez más mayoritariamente en su fuero interno está convencido de que todavía no hemos tocado con la yema de nuestros dedos la posibilidad de resolver el problema de la violencia. Por tanto, creemos que debemos estar en una posición de firmeza, siempre con la mano tendida, pero con firmeza para que no seamos arrastrados nunca, y seamos capaces de convencer a otros para que entren por la vía de la cordura.
P. La ruptura del pacto municipal del PNV y EA con EH en Durango ¿se va a extender a todos los demás Ayuntamientos donde existe ese tipo de acuerdo?
R. Creo que debe ser extendido, porque si en Euskal Herritarrok no se respeta lo pactado nosotros debemos certificar la ruptura de los pactos.
P. El PNV se está decantando por romper todos sus acuerdos con EH cuando ETA ha cometido su quinto asesinato desde que rompió la tregua. ¿Qué ha hecho que el PNV tarde tanto en reaccionar?
R. Ya antes del asesinato de Fernando Buesa y de su escolta, el lehendakari dijo en el Parlamento que el pacto con EH quedaba en suspenso, y después de ese atentado proclamó que quedaba definitivamente roto. A la vez, hemos mantenido la voluntad de agotar hasta la última posibilidad. Pero a veces las cosas no van como uno quiere.
P. ¿Por qué ETA, después de haber conducido al PNV a un diálogo, le hace daño difundiendo sus negociaciones y dándole explícitamente la razón a Mayor Oreja acerca de que la tregua era una tregua-trampa?
R. Porque, en la Comunidad Autónoma Vasca y en lo que ellos tan rimbombantemente llaman Euskal Herria, su competencia directísima es el PNV, como partido nacionalista con un marchamo de garantía y una implantación que data de hace más de 105 años. Lo que hace es lanzar esa miseria de insultos y descalificaciones a su más importante opositor.
P. El Gobierno vasco está sostenido en este momento por 27 de los 75 diputados que integran el Parlamento de Vitoria, que usted preside. ¿Cómo cree que se debe subsanar la anomalía y la debilidad que eso representa?
R. Deben hacerse esfuerzos, y no me cabe duda de que el lehendakari los estará haciendo, para conseguir otro tipo de apoyos. Yo creo que el apoyo que falta se podría y debería encontrar en el Partido Socialista.
P. ¿Cuenta usted con que los socialistas puedan volver en los próximos meses al Gobierno vasco?
R. Una vez que el PSOE haya ordenado su fuero interno, creo sinceramente que pudiera darse, y yo lo deseo, un pacto con los socialistas, sin que por eso dejásemos de lado nuestro intento de atraer a las reglas de juego de la democracia a los que durante tantísimo tiempo han estado fuera de ellas.
P. ¿Echa de menos que el PP no acepte dialogar con ustedes o prevalece el reproche de que el Partido Popular bombardeó en su momento el Pacto de Ajuria Enea?
R. Aquella circunstancia fue verdaderamente dolorosa porque hicieron saltar el Pacto de Ajuria Enea en el momento en que tiraron por los aires el documento Ardanza, en marzo de 1998. No obstante, me parece impresentable, en cuanto a ética política, el que una formación como el PP, con la representación que tiene en el País Vasco, no acuda al llamamiento que hace la máxima institución del pueblo vasco, personalizada hoy por el lehendakari Ibarretxe, y den la callada por respuesta. No es esa una posición que debe caracterizar a un partido que dice ser defensor del Estatuto y de solucionar el problema de la violencia.
P. ¿A qué reflexiones le llevó leer que ETA no tiene en su punto de mira a los nacionalistas?
R. Ésa es una cuestión que requiere una matización. A veces se interpreta equivocadamente cuando el periodista preguntó a los de ETA ¿el PNV y EA son objetivos?, y respondieron que "el PNV y EA no han sido nunca objetivos, los objetivos son los enemigos de Euskal Herria", porque falta esta otra pregunta: ¿Hay en el PNV y en EA enemigos de Euskal Herria? En tanto no se haga esa pregunta y esclarecido la respuesta no puedo opinar a este respecto.
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