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Vecinos de Sallent denuncian daños por el hundimiento de terrenos

Unos 200 vecinos de dos barrios de Sallent (Bages) cortaron ayer la carretera C-1411 (Eje del Llobregat) a su paso por esta población. Reclamaban en manifestación que el Ayuntamiento de Sallent y el Gobierno de la Generalitat tomaran medidas para paliar los daños ocasionados en sus viviendas por el hundimiento del suelo originado por los movimientos internos que se producen en las galerías de una antigua mina de sal. El terreno cede de manera irregular -en los puntos de mayor movimiento a razón de dos centímetros por año-, lo que ha creado amplias grietas en algunos de los edificios construidos en el barrio de la Estación.El corte de la C-1411, a pesar de ser una de las principales vías de comunicación norte-sur entre Barcelona y el Pirineo, ocasionó leves retenciones de tránsito ya que la Guardia Civil se encargó de desviar los vehículos hacia recorridos alternativos por el interior de la población. La carretera estuvo cortada aproximadamente durante 45 minutos.

Grietas que no cesan

Los vecinos de los barrios de la Estación y de la Rampinya, con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Vecinos del Bages, gritaron consignas contra el alcalde de Sallent, el convergente Jordi Moltó, exigiéndole la dimisión y acusándole de ser insensible a los problemas que padecen sus vecinos. El barrio de la Estación, construido a partir de la década de los cincuenta, está constituido por tres bloques de obra social y varias calles de casas de una o dos plantas y mayoritariamente unifamiliares. Desde el año 90 el barrio tiene la planificación definida y a partir del 95 se apreciaron los primeros signos de alarma en las construcciones. Unas importantes grietas en los edificios que no han cesado con el paso de los años, a pesar de las diversas intervenciones que se han llevado a cabo para intentar remediar el problema.

Desde el pasado verano la Comisión de Urbanismo de la Generalitat ha prohibido la construcción de edificios en el barrio de la Estación, salvo aquellos que sean de planta baja. La Generalitat también ha limitado cualquier posibilidad de recalificación urbanística en el barrio contiguo, el de la Rampinya, donde los movimientos del suelo no son tan apreciables a pesar de estar construido también sobre la vieja mina Enrique, inundada desde los años cincuenta.

Es difícil determinar responsabilidades ya que en la concesión de la licencia de la mina y de los permisos de construcción y revisiones de planificación han intervenido las administraciones local, autonómica y central.

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