Atrapada en 1.300 folios
Adoración López de Uralde, de 54 años, ya no sabe qué es peor para la salud, si el cáncer, contra el que luchó dos años a vida o muerte, o el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de Vitoria, contra el que lleva peleando para recuperar su antiguo puesto de trabajo, una jefatura de sección, desde hace seis largos años. Cuando recibió el alta médica, sus reivindicaciones y protestas al comprobar que su puesto había sido ocupado definitivamente por otra persona, provocaron la ira de la dirección del INSS, que en seis años le ha abierto dos expedientes, uno de remoción de puesto de trabajo y otro sancionador.Adoración se pregunta cómo es posible que si el Ministerio de Trabajo ordenó el archivo del primer expediente, la dirección alavesa del INSS, lejos de quitarle las medidas cautelares y devolverle a su puesto, le abriera otro expediente calcado al anterior, pero esta vez proponiendo sanciones diferentes. La ex jefa del Servicio de Invalidez superó con éxito el primero, que data del 28 de octubre de 1997 -el ministerio consideró que no había causa para la remoción-y ahora está peleando contra un segundo expediente sancionador de más de mil trescientos folios que se le incoó el 5 de octubre de 1998. El 22 de mayo pasado la funcionaria presentó las alegaciones a este segundo expediente, que está apunto de concluir y que podría acarrearle una sanción de suspensión de empleo y sueldo de hasta tres años o traslado de destino. Curiosamente los dos expedientes son iguales, solo varían las sanciones.
Persecución
En su entorno familiar la única conclusión que extraen de todo esto es que se trata de "una persecución, que quieren quitarle de en medio y que se trata de un caso claro de abuso de poder". Esa sensación de persecución y actuación arbitraria en materia de personal coincide con la de los sindicatos. En diciembre de 1998, el presidente de la Junta de Personal de la Administración Periférica del Estado, Francisco Barreal, contrario al expediente, sugirió en un informe escrito que la dirección estaba actuando de mala fe con la funcionaria: "No parece que la actuación de la administración en este caso haya sido éticamente correcta. Por el contrario, sí me ha parecido apreciar en Adoración López una actitud de buscar el entendimiento y la mejora de las relaciones laborales".
En ese informe Barreal denuncia que el segundo expediente contra la funcionaria fue incoado días antes de varias conversaciones entre la dirección y él mismo para llegar a una solución pactada. A pesar de que la directora provincial, Laura López de Sosoaga, y el secretario, Eleazar Ortiz, mostraron al presidente de la Junta de Personal la voluntad de la administración para reconducir el asunto, el segundo expediente ya estaba en marcha.
Varios sindicatos consultados creen que se trata de un caso de persecución que la dirección provinvial del INSS no ha sabido reconducir a tiempo, y que se les está escapando de las manos. Creen que con Adoración López se está produciendo un abuso. También dicen que el trance de superar un cáncer y su tratamiento, mezcladas con el ambiente hostil que se ha encontrado en la dirección del INSS, han complicado mucho las relaciones personales en su centro de trabajo.
Tras el primer expediente, que el Ministerio de Trabajo ordenó archivar, la dirección alavesa de la Seguridad Social no le retiró las medidas cautelares que había adoptado contra ella, a pesar de que la resolución ministerial lo exigía.
La dirección provincial le imputa dos cargos en el expediente disciplinario. El primero, haber ocasionado una situación insostenible entre sus subordinados, dada "la actitud autoritaria que ha mantenido con ellos". El segundo es utilizar de manera inadecuada el Registro de Entrada de la entidad, al hacer un uso excesivo de las notas de régimen interior. Finalmente ha sido incorporado al expediente un documento, con fecha 1 de marzo de 2000, en el que, según se cita, "se sorprendió a Adoración con documentación" que no era de su negociado.
Al límite de la salud
A estas alturas, Adoración está desesperada. Ella alega con datos y fechas que "todas las acusaciones son falsas" y está promovidas desde la dirección para separarla físicamente del servicio. Incluso explica de forma documental que hay gente que está siendo premiada por acusarle injustamente. El caso es que lleva seis años viviendo entre el miedo a una recaída en su enfermedad y en una posición absolutamente defensiva frente a la dirección provincial del INSS.
Posiblemente fruto de esa desesperación, sus nervios y su salud están viviendo al límite. Después de ocho años respondiendo a preguntas de tribunales internos, preparando baterías de preguntas para los testigos y solicitando toda clase de información a sus superiores, su vida ha entrado en un laberinto del que no sabe cómo salir. En 1994 los médicos la dieron casi por desahuciada por el cáncer. Pero sobrevivió. Ahora le dicen que tanta tensión puede darle nuevos disgustos.
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