Cuestión de competencia

El segundo operador de móvil en España detrás de Telefónica ha ejercido un poderoso atractivo entre inversores financieros nacionales y extranjeros y, con la nueva licencia de móvil multimedia (UMTS), es una joya. Además, Airtel fue en 1999 el segundo operador con mayor crecimiento y España es también con 15 millones de clientes el mayor mercado por crecimiento. De ahí que BT y Vodafone, que han pagado más de un billón de pesetas cada una en el Reino Unido por una licencia, hayan decidido que es mejor amarrar la que ha conseguido Airtel con sólo 28.000 millones de pesetas que andar metidas en procesos jurídicos por la ruptura de pactos que se remontan al origen de Airtel.

Cuando se constituyó Airtel, la estadounidense Airtouch, que acabó absorbida por Vodafone, se aseguró de que sus ejecutivos gestionarían la red, mientras que BT se ocuparía de la parte comercial. A los socios españoles les correspondió mantener el equilibrio entre ambas y la españolidad del proyecto. Los anglosajones están a punto de imponerse, aunque, al menos, el BSCH entrará en una gran compañía como Vodafone. Si Vodafone y BT cierran la negociación como prevén en los próximos días, las autoridades de la competencia en Europa mirarán con lupa los acuerdos porque ambas compiten en el Reino Unido y anuncian que rivalizarán en otros mercados. En España, Vodafone tiene aún que resolver el traspaso de la parte de Mannesmann, que acaba de comprar, en Xfera, rival de Airtel.