THE WASHINGTON POST, "Esperanza oculta de África"
Los titulares sobre África no pueden ser más terribles: guerra en Sierra Leona, guerra y hambre en Etiopía y Eritrea y violentos desórdenes en Zimbabue, una pandemia de sida en la mayor parte del continente que amenaza con reducir la esperanza de vida a 20 años. Y peor aún, las tendencias que subyacen por debajo de los titulares son a menudo igual de deprimentes. La renta per cápita media de África es más baja de lo que lo era a fines de los años sesenta. (...) La tasa de malaria se ha incrementado en torno al 60% en los últimos 30 años. La desesperanza de África es algo tan vastamente aceptado que se está convirtiendo en una profecía autocumplida. Está frenando a los inversores, (...) está conduciendo a 20.000 profesionales africanos a desertar de su continente anualmente y está animando la visión de que la ayuda a África es inútil. Por razones morales, el instinto de EE UU debe ser resistirse a este determinismo, (...) y más allá de ellas, por intereses estratégicos. El caos de los países destruidos genera paraísos para los terroristas y delincuentes internacionales. ¿Cómo resistirse al pesimismo? (...) No existe una bala de plata que solucione los muchos e interrelacionados problemas del continente, (...) pero esto no significa que el progreso sea imposible. (...) En la última década se han producido algunos avances reales: (...) ha habido elecciones presidenciales o parlamentarias multipartidistas en 42 de los 48 Estados subsaharianos, y muchos de ellos han liberalizado sus economías. (...) Cuando hay políticas con sentido común, Occidente debe responder con generosidad. (...) Washington, 1 de junio
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